Cerca del 20% de los alumnos de primaria y ESO sufren algún tipo de disfunción (Espectro Autista, TDAH, dislexias, discalculias, disgrafías, trastornos de la comunicación, etc., con las alteraciones de conducta asociadas). El bajo rendimiento o fracaso escolar que tenemos en Cataluña es principalmente porque no se diagnostican ni se tratan adecuadamente.
La Fundació Episteme ha presentado en un seminario web titulado «Factores psicobiológicos que influyen en el fracaso escolar», las principales conclusiones de un proyecto realizado por el hospital Vall d’Hebrón y el VHIR en una población de alumnos de 6 a 16 años, que no logran las competencias específicas marcadas por el Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya para cada ciclo académico.
Los resultados son muy consistentes y contribuyen a delimitar los principales factores que influyen en la gran diferencia de prevalencia entre el fracaso escolar de nuestro país (del 17% al 22%) y el de los países del norte de Europa (menos del 6%).
El estudio ha sido presentado por el doctor Miquel Casas, investigador principal de este proyecto, director del programa “UTAE Investigación” sobre Rendimiento Escolar y Académico. Instituto MIND, Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y Catedrático de Psiquiatría Emérito de la Universitat Autònoma de Barcelona. También ha contado con la participación del catedrático de secundaria y doctor en Historia, Josep Oton, miembro del Patronato de la Fundación Episteme. En su intervención el Dr. Casas ha querido subrayar de inicio que se trata “de un tema del cual habitualmente no se habla demasiado en el ámbito científico”.
Entre todas las causas atribuidas a un bajo rendimiento académico de los estudiantes (orgánicas, escolares, familiares, socioculturales) la presentación se ha centrado en la problemática neuro-psicológica, en concreto, en una elevada prevalencia de los trastornos del neurodesarrollo, los cuales según el Dr. Casas, no están adecuadamente detectados en nuestras escuelas.
Afectación de un 15% a un 20% en la población infantil
Según la clasificación internacional de la Asociación Americana de Psiquiatría los trastornos del neurodesarrollo (DSM-5) han acompañado siempre a la especie humana, con una prevalencia en la infancia entre un 15% y un 20%. Así, los trastornos del aprendizaje (dislexias, discalculias, disgrafias, trastornos de la comunicación…) afectan entre un 8% y un 10%. El TDAH, entre un 5% y un 7%. Los trastornos del espectro autista, entre un 1% y un 3% y los trastornos de la comunicación, entre un 1% y un 2%.
“Si realizamos la suma, vemos que sale un porcentaje entre el 18% y el 20%. Estos porcentajes son universales y se dan tanto en Cataluña como Australia o Canadá”, ha querido remarcar el catedrático. Igualmente ha aclarado que “el fracaso escolar no solo obedece a estos trastornos, es multifactorial, aunque no deja de ser curioso que coincida con el fracaso escolar que tenemos en Cataluña”.
Pero el problema no se resume solo al fracaso escolar. Presentar alguno de estos trastornos se convierte en el principal factor de vulnerabilidad individual que predispone al consumo de cannabis o al consumo de alcohol de manera excesiva. “No solo nos estamos jugando el rendimiento escolar, que es muy importante. Si estos trastornos no se detectan y no se tratan pueden derivar en problemas de drogodependencias, de adicciones y alteraciones de conducta”, ha advertido el Dr. Casas.
¿Son trastornos conflictivos?
Este tipo de trastornos originan, generalmente, problemas familiares, trastornos de conducta, conflictividad laboral -cuando el individuo entra en el mercado de trabajo-, accidentes de tráfico, conflictos legales y más problemas de drogodependencias. “No se trata de asustar a nadie – ha comentado- pero las estadísticas en España y en todos los países civilizados dicen que, como mínimo, un 30% de las personas que están en la cárcel presenta este tipo de trastornos que han evolucionado mal, esto pasa en todo el mundo y se hubiera podido evitar de haberlos detectado y tratado a tiempo”. Las secuelas son múltiples.
Edison, Disney, Agatha Christie, John Lennon, Tom Cruise o Bill Gates son ejemplos de personalidades con estos trastornos que han conseguido ser genialidades en lo suyo
Pero no siempre se tiene que hablar de conflictividad. Muchas veces, apunta el Dr. Casas, estas disfunciones –ha enfatizado- estimulan la creatividad del individuo. Con esta afirmación ha citado a personajes destacados con trastornos del neurodesarrollo como Thomas Alva Edison, Walt Disney, Agatha Christie, John Lennon, Tom Cruise o Bill Gates. “Hablamos de ’disfunciones’, en vez de ’trastornos’, porque son problemas reversibles que bien tratados y bien enfocados pueden dar genialidades”, ha querido destacar.
Detectar a tiempo favorece la vida del individuo
Estas disfunciones, que duran toda la vida, se detectan ya en la etapa de preescolar. “Los padres y los maestros ya notan quizás que las cosas no acaban de ir finas”, dice el catedrático, pero no será hasta Primaria que se podrá realizar un diagnóstico adecuado y empezar los tratamientos. En este sentido subraya la importancia de realizar las pruebas entre los 6 y los 12 años dado que en Secundaria se complica: el bajo rendimiento pasará a ser fracaso, abandono escolar, drogodependencias, embarazos indeseados o más accidentes de tráfico, entre otras complicaciones. Del mismo modo, en la edad adulta aparecen maltratos, adiciones, accidentes o delincuencias.
Detectar a tiempo, entre los 6 y los 12 años de edad estas disfunciones es vital para el correcto desarrollo de los niños y evitar conductas de riesgo posteriores
El profesor Josep Oton ha querido destacar la tendencia existente en culpabilizar del fracaso escolar a los alumnos, a los padres, a los mismos docentes, a las administraciones… “Pero desde los centros cuando esto se da nos damos cuenta que algo pasa”, asegura. En este sentido, ha destacado el caso de una persona cercana que sacaba malas notas hasta que vio que el problema era de óptica, así que cambiando las gafas, tema resuelto. Con esta anécdota ha preguntado si el resto de países con inferior fracaso escolar que el nuestro tienen más cribajes, diagnósticos y tratamientos. El doctor Casas ha puntualizado que en los países nórdicos realizan como rutina las exploraciones pertinentes a la infancia, tema que en estos momentos se está reclamando desde la Sociedad Catalana de Pediatría.
Resultados del estudio
El estudio, realizado en escuelas desde Pedralbes a Nou Barris, confirman que entre un 15% y un 22% de los alumnos presentan trastornos psicopatológicos y del aprendizaje, cifras similares al resto de países de nuestro entorno. La presencia de esta psicopatología se da por igual en todos los estratos sociales. El rendimiento académico es inferior cuando se presentan estos trastornos. No logran las competencias básicas requeridas.
Han encontrado escuelas públicas “con cero diagnósticos” (teniendo en cuenta que 2 de cada 10 niños están afectados), siendo la media de diagnósticos de solo un 10% de los alumnos que lo necesitan. En las concertadas, están diagnosticados y tratados entre un 19% y un 32% de los alumnos que lo necesitan. En ambos casos, pues, los Trastornos del Neurodesarrollo están muy poco diagnosticados y tratados, al contrario de lo que habitualmente se supone.
El estudio concluye que realizar los procesos de cribaje, diagnóstico y tratamiento en los mismos centros escolares ha permitido una excelente y rápida interacción entre alumnos, profesores, familiares y terapeutas. Así pues, los alumnos y alumnas tratados han presentado una mejora significativa en las pruebas realizadas y en el rendimiento académico.
Los estudiantes diagnosticados y tratados han presentado una mejora significativa en las pruebas realizadas y en el rendimiento académico
Este proyecto, que lidera el Doctor Casas y que empezó en Capellades, ha sido realizado por el Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall de Hebrón (Departamento de Psiquiatría de la UAB) y por el Grupo de Investigación en Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del Vall de Hebrón Instituto de Investigación (VHIR), en escuelas e IES públicos y concertados de Cataluña (aprox. 12.000 escolares) durante los cursos escolares 2011-2020.
Actualmente, el proyecto sigue en los municipios de Rubí, Sant Cugat y La Garriga y se ha iniciado una segunda fase (Proyecto PERIS 2018-2021, Departamento de Salud. Generalitat de Catalunya) ampliada en 22 centros docentes de cinco municipios de la Cataluña Central (Manresa, Vic, Manlleu, Centelles y Capellades), donde se estudian los Trastornos del Neurodesarrollo en una población de estudiantes de segundo curso de ESO, haciendo un seguimiento del rendimiento escolar y aspectos conductuales durante tres años.
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