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Peter Pan pedagogo

Hay que transmitir conocimientos y enseñar destrezas a fin de preparar a los más jóvenes para construir su propio futuro. En consecuencia, no se les puede privar del legado cultural con la excusa de lo sucedido en tiempos pretéritos. De lo contrario, corremos el riesgo de cronificar la inmadurez, de crear nuevos Peters Pan.

El discreto encanto de resistir

Una educación moral liberal y humanista, que es el anhelo de estos autores, fortalece el juicio individual, promueve una mentalidad científica y una actitud filosófica, preserva la extraña alegría instintiva de la vida, favorece el gusto por el cultivo personal y la libertad, el escepticismo hacia doctrinas oscurantistas e irracionales, el aprecio por la memoria y la tradición, la inquietud por conocerse a uno mismo, el vigor de la resistencia íntima y el entusiasmo por la autonomía.

Jornada continua: Cui prodest?

La entrevistadora aclaró que no se refería a los recortes que sufrió el profesorado, ni al aumento de ratios que perjudicó al alumnado –por lo visto una nimiedad-, sino al cierre de los comedores escolares para ahorrarse el coste que suponían, porque si no iban por la tarde devenían prescindibles. Comedores escolares por cierto que regentados habitualmente por empresas de catering, digamos prudentemente que, por lo general, «afines» a la Administración y a sus periferias paraeducativas.

¿Crisis de la autoridad?

La nueva educación asistencial y terapéutica plantea una relación de igualdad plena entre profesor y alumno, o entre padres e hijos, lo que literalmente es la extinción de la autoridad y de cualquier distinción entre conocimiento e ignorancia, entre el que tiene algo que donar y el que necesita recibir una herencia para ligarse al mundo y a su propia vida.

La escuela bonsái

Si a alguien se le ha privado, se le está privando, del espacio vital necesario para desarrollarse integralmente, es preciso evitar también que sea capaz de caer en la cuenta de tal privación. Y para esto está el sistema educativo innovador de nuestros tiempos hodiernos. La pieza que faltaba para completar el puzle.

No es la Luna, sino el dedo que la señala

De tanto hipertrofiar la falacia idealista educativa, estamos cayendo de lleno en su inversa: la falacia naturalista. Al fin y al cabo, si hay violencia en las escuelas es porque la hay en la sociedad. Y cuando se dice que es en la escuela donde se ha combatir la violencia, se está incurriendo en una falacia, intencionada o no; porque sólo podía intentarlo en tanto que espacio prepúblico; en el crisol de lo público que se la ha convertido, no se puede.

La innovación educativa: ¿una panacea universal?

Una excelente iniciativa de los años 60 y 70, válida para ciertos entornos sociales y que reclama una estructura organizativa muy particular, puede ser que no obtenga los resultados esperados cuando se aplica en otros contextos. Entonces, una iniciativa con claras raíces progresistas, al generalizarse, burocratizarse e imponerse precipitadamente a otros modelos que también funcionan, puede privar a determinados grupos sociales del acceso a un conocimiento básico.

No somos profesores de ámbitos

La Fundación Episteme, en colaboración con Professors de Secundària (aspepc·sps), el Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE) y la Associació de Catedràtics d’Ensenyaments Secundaris de Catalunya (ACESC), ha impugnado ante el Tribunal Supremo el «Decreto de Especialidades».

No son las horas de clase

No, no es una cuestión de horas ni de costes, dejémonos de zarandajas, sino para qué las utilizamos y con qué objetivo. Si no se enseña, no se aprende. Y en nuestro sistema educativo no se aprende, porque no se enseña. Y lo que verdaderamente es de una bajeza moral inaudita, una auténtica iniquidad propia del más redomado de los cinismos es afirmar que enseñamos demasiado y que por esto los resultados son tan malos. Como decir que somos los que tenemos más vacaciones. Tan falso, lo uno y lo otro, como quien lo afirma.

Elogio de la tarima

En Cataluña, sin ir más lejos, y con un nada despreciable coste económico digno de mejor causa, algunos institutos están aplicando un teledirigido rediseño de las aulas de 1º de la ESO, amueblándolas sin orden ni concierto o, de haberlo, como si se tratara de la distribución de las mesas de un bar, sin barra, con el camarero/docente pasando «por allí» de vez en cuando.
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