El fracaso escolar es un tema de máxima preocupación en la mayoría de los países desarrollados. Uno de los indicadores para medir el grado de fracaso escolar de un sistema educativo es el nivel de abandono escolar temprano. Según los últimos datos disponibles correspondientes al año 2021, el 13,3% de los jóvenes españoles de 18-24 años no había completado la educación secundaria de segunda etapa y no seguía ningún tipo de formación en las cuatro semanas anteriores a la entrevista.
A pesar de las mejoras experimentadas en la última década, España tiene la segunda tasa de abandono escolar temprano más alta de la Unión Europea, sólo por detrás de Rumanía.. Este fenómeno afecta en mayor proporción a los chicos, y a los jóvenes con familias de menor renta, siendo España uno de los países donde estos grupos sufren mayores brechas.
En este brief utilizamos dos buenos predictores del abandono escolar temprano, como son el rendimiento académico del estudiante (en lengua, inglés y matemáticas) y la repetición de curso. En España no existen datos de evaluaciones de tipo diagnóstico a nivel nacional que permitan relacionar resultados de aprendizaje con características de los alumnos y los hogares.
Por tanto, usamos datos de las pruebas de evaluación diagnóstica desarrolladas en la Comunidad de Madrid en 3º y 6º de primaria, y 4º de la ESO para el curso 2016/17.
Los estudiantes de mayor nivel socioeconómico rinden significativamente mejor para todas las asignaturas y niveles educativos. Por ejemplo, la diferencia entre un estudiante de nivel socioeconómico bajo y alto en 3o de Primaria es de 58 por cien de la desviación estándar (DE) en matemáticas, y 55 por cien de la DE en lengua. Estas diferencias son el equivalente a casi dos años de escolarización.