Guía del profesor, con preguntas y sugerencias para propiciar un debate
Resumen del “Proyecto SPiDeR”
Tras haber pasado unos años en una universidad americana, Júlia Pagès regresa a Barcelona a ejercer de profesora y le asignan el despacho de una catedrática, Ariadna Mestres, que se acaba de jubilar. Júlia se lleva una sorpresa mayúscula cuando en el ordenador, que han reformateado, encuentra información y contraseñas de la profesora Mestres. Un icono en forma de araña aparece repentinamente en la pantalla en varias ocasiones.
Paralelamente, Celia, una niña de trece años a quién criogenizaron porque padecía una enfermedad terminal, es devuelta a la vida en el siglo XXII para ser adoptada. En una sociedad futura donde cada cual cuenta con un asistente robótico, Celia choca con la manera de pensar, actuar y relacionarse de la madre adoptiva y su entorno, tan diferente de la de su familia biológica y sus amigos.
La inadaptación de Celia atrae a Silvana, una masajista emocional que estudia las emociones perdidas por los humanos, y a Leo, un joven ingeniero que está diseñando una prótesis de creatividad para la empresa de robots personales líder del mercado, CraftER, dirigida por el enigmático Doctor Craft.
Niveles educativos: Enseñanza Secundaria Obligatoria, 1.º y 2.º de Bachillerato
Asignaturas: Lengua catalana y literatura, Lengua castellana y literatura, Ciencias sociales, Religión o Cultura y valores éticos, Tecnología, Filosofía, Tutoría, Trabajo de Síntesis, Proyectos.
Capítulo Quinto: “INCERTEZA/FUTURO”
PREGUNTAS
• Los robots principalmente ¿crearán o destruirán puestos de trabajo?
• ¿Cómo se tendría que organizar el trabajo para optimizar la colaboración entre humanos y robots?
- ¿Los experimentos sobre la interacción humanos-robots requieren una supervisión
específica? - ¿Habrá que adecuar las leyes de propiedad intelectual a las colaboraciones humanos-robots?
SUGERENCIAS PARA LA DISCUSIÓN
La preocupación por la pérdida de puestos de trabajo no es específica de la robótica, puesto que se remonta a las revoluciones agrícola e industrial y, más recientemente, a la revolución de Internet. La respuesta estándar es que los trabajadores humanos se librarán de las tareas peligrosas, sucias o monótonas (las infames tres Ds en inglés: dangerous, dirty, dull) para poder llevar a cabo trabajos de “mayor valor”, principalmente en el diseño, programación, comercialización, mantenimiento y uso de estas nuevas tecnologías. Sin embargo, esta tendencia positiva tiene un peligro: la fractura tecnológica. La mayoría de los trabajadores desplazados no podrán optar a los nuevos puestos de trabajo.
En los países desarrollados, el cambio de capacitación profesional requerirá el transcurso de al menos una generación y, para las sociedades subdesarrolladas, el vacío económico puede llegar a ser insuperable. El reto es idear y establecer medidas sociales para una distribución más equitativa del trabajo y de los recursos.
Los asistentes robóticos diseñados para colaborar estrechamente con los humanos
plantean una nuevo problema: cómo definir los límites entre el trabajo humano y el del robot en una tarea compartida, de forma que no solo se maximice la producción, sino
que, por encima de todo, se preserven los derechos y la dignidad de los profesionales. Un tema cada vez más importante será cómo dividir el crédito por los éxitos y la responsabilidad de los fracasos entre la persona que trabaja con el robot y su programador. Esto acontece todavía más complicado en el caso de los robots con capacidad de aprendizaje, puesto que su comportamiento depende tanto del software que llevan incorporado como de sus experiencias a lo largo del tiempo, cosa que confiere responsabilidades también a las personas con las cuales el robot ha interactuado.
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