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Del tiempo y la felicidad (I)

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No es de extrañar que si en la sociedad existe un profundo anhelo de felicidad sea la vertiente educativa -sobre la que recae el mito ilustrado de que la educación puede transformar la realidad y conducir a la perfectibilidad de la naturaleza humana- la encargada de instaurar la más dulce y humana de las felicidades.

 

Yeray Rogel Seoane @YerayRogel

La grandeza de las preguntas de la filosofía y su necesidad son tan evidentes como la gloria y esplendor de la belleza. Perder el gusto por la filosofía -el «yo» es un campo de batalla y la filosofía su principal y letal armamento- sería como perder el interés por las cosas bellas y su disfrute. Hay una asombrosa cantidad de cretinos en el mundo, todos ellos ejemplares en su idiocia, sobre todo cuando el mundo político ofrece una imagen tan penosa y desagradable de sí mismo. Pero pocos son capaces de renunciar a la belleza: olvidar el hermoso rostro amado, el primer azul del mar, la prosa de Chesterton, la sorprendente luz de Goya –aunque esté cargada de tinieblas-, o la terrible melancolía de John Ford. Entiéndase entonces mi estupor ante la renuncia a pensar con una mirada filosófica todo mandato educativo, especialmente esta incuestionable cursilada de la felicidad: hacer de los alumnos criaturas felices.

Vivimos un tiempo desquiciado, desajustado y descompuesto: la crueldad económica neoliberal y la precariedad laboral, el regreso de las identidades políticas excluyentes, el incierto horizonte del transhumanismo, el auge de un nacionalismo xenófobo y agresivo, los conflictos militares derivados de la reestructuración geopolítica multipolar y euroasiática, la criminalización de la disidencia política (la declaración de los Acuerdos de Ginebra de 2020 confirma e intensifica el giro neoconservador, necropolítico y heteropatriarcal contra el movimiento feminista y queer), nuevas formas de alienación del mundo (y no sólo del individuo), el miedo a la libertad, la impotencia e indolencia civil, la digitalización forzosa, la degradación de las democracias liberales a tecno-democracias autoritarias, la instauración de la posverdad y los hechos alternativos como esquema cognitivo, y la continuación de las formas más groseras y sórdidas de adicción al poder personal. En ese contexto de desorientación los mitos sobre la felicidad, si bien ya existían, han adquirido el brillo y nitidez de los colores ante un fondo gris; se han convertido en una necesidad hiperbolizada e hipertrofiada por el poder terapéutico y psicológico al ofrecer una realidad ficcional habitable a aquellos individuos desahuciados de su antigua posición de confort y seguridad. Los fines de la educación siempre han sido necesariamente extra-educativos, a-instructivos, dirigidos a configurar y construir, maliciosamente o no, la nueva identidad de los individuos de un orden social deseado. No es de extrañar que si en la sociedad existe un profundo anhelo de felicidad sea la vertiente educativa -sobre la que recae el mito ilustrado de que la educación puede transformar la realidad y conducir a la perfectibilidad de la naturaleza humana- la encargada de instaurar la más dulce y humana de las felicidades. Permítanme dar uno de mis frecuentes rodeos para desmontar el mito de la felicidad en la educación.

Es sabido que a Rafael Sánchez Ferlosio le gustaban los niños por la densidad y novedad del tiempo que transmite su mirada. Paseando un día soleado por El Retiro con su hija de tres años, conocida entre sus amigos como la Torci (Marta Sánchez Gaite 1956-1985, hija también de la escritora Carmen Martín Gaite, perteneció a esa esperanzadora generación de jóvenes españoles de los ochenta que fueron fulminados por las drogas), en los alrededores del quiosco de la música, y por entre los árboles, les sedujo las voces de un teatro de títeres de guante. La obra ya empezada debía de ir por la mitad, a Ferlosio le sorprendió que la niña se quedase fascinada y entusiasmada con el teatrillo sin intentar recabar ninguna información del padre sobre lo que había pasado antes en la trama ni cuál era la relación entre unos y otros personajes. Ella reía a cada frase que entendía como cómica o graciosa, dándose por complacida, a su nivel de comprensión, con el espectáculo y el instante. Y justo ahí escribe Ferlosio en La forja de un plumífero (1998):

De pronto descubrí que no sabía lo que era un ‘argumento’, que no tenía ni noción de que una obra de teatro, aunque fuese una comedia, se suponía que era una serie de hechos enlazados -al menos hechos ‘verbales’- que se sucedían en el tiempo. Para ella no existía tal sucesión; cada instante era puro y pleno presente, sustentado en sí mismo, completamente dueño de su propio ahora, ajeno a cualquier antes y después, acabado y entero de por sí. Comprendí que lo que ella estaba viendo no era nada que pasara u ocurriera en el tiempo, ni siquiera el mero suceder verbal de las interlocuciones enlazadas, como un proceso o un devenir que se moviera entre un antes y un después, sino un puro manifestarse en el ahora que tal vez se repetía quieto en el mismo lugar, si es que este ‘repetirse’  no es una interpretación necesaria y obligada para los que, inmersos en la temporalidad, no concebimos dos o más ahoras más que alineados en una sucesión. Era el manifestarse cada vez autónomo y entero de unos personajes que, a su vez, no consistían más que en su propia manifestación. Por eso la primera referencia en que se plasmó para mí la dualidad de destino y carácter fue la de ‘personajes de existencia’ y ‘personajes de manifestación’; estos segundos eran inmóviles, constantes, no tenían acontecer, y ella (la Torci) logró alcanzarlos, aceptarlos y celebrarlos en su ahora, porque ella no veía razón alguna para que tuviese que haber un ‘argumento’, si es que tenía tan siquiera alguna vaga idea de lo que tal cosa podría ser (al menos ¡no en el teatro, por favor!). Entonces vi que los personajes de manifestación no nacían ni morían ni hacían nada, ni buscaban nada, ni les pasaba nada. Sí, mejor dicho, algo les pasaba: la historieta cotidiana, siempre idéntica en todas sus variantes, que les permitía confirmarse en su invariable manifestación: los personajes de tebeo, Charlot, los bufones o personajes especiales que pintó Velázquez y que Felipe II mantenía en palacio como exorcismo para defenderse del destino, pues el halcón de la Historia, lo llevaba ahora en la muñeca, bien aferrado con sus garras al brazalete de cuero, Richelieu”.

En un simple paseo Ferlosio ofrece dos modelos para pensar el tiempo y su argumento. Si escribió sobre estos temas lo hizo en contra de Ortega y Gasset y sus ocurrencias (perogrulladas) sobre la persona como proyecto, que denominó ‘ortegajos’; en contra también de los discípulos que como moscas rodean el alimento marchitado. Ortega fue, según José Ferrater Mora, una gran cordillera cultural, y nadie que fuera algo en el pensamiento español del SXX, de una u otra ideología y hasta la muerte del pensador en 1955, pudo dejar de pagar su peaje intelectual con don José, o dejar de medirse con su pensamiento y enfrentarse a su sombra por muy precaria o brillante que nos pueda parecer hoy. Representando también, y en extenso, para la generación del 56 una especie de iniciático ritual cultural y psicoanalítico: matar al padre intelectual de la época y socavar su autoridad para superar una triste etapa histórica. Ortega fue un personaje olvidado y ausente en los años de la Transición (1975-1982), probablemente por su silencio durante la dictadura franquista, que sufriría una neutral y apolítica recuperación como figura ‘liberal’ de la tercera España cuando esos jóvenes estudiantes de la transición llegaran malogradamente a ocupar puestos áulicos y profesorales en la Universidad y a desarrollar su revisionismo histórico durante los decepcionantes años del felipismo (el gobierno ‘socialdemócrata’ trampantojo de Felipe González). Muchas figuras intelectuales y políticas de referencia como Manuel Sacristán, Gustavo Bueno, J.L.L. Aranguren, R.S.Ferlosio, Xavier Zubiri, y otras menos felices del mandarinato cultural franquista como Laín Entralgo, R.S. Mazas, Dionisio Ridruejo, Antonio Tovar y Rafael Lapesa confesaron su inexorable paso por el pensamiento y los escritos de Ortega y Gasset. Ciertamente hoy podríamos analizar qué elemento, si el político o el filosófico, tuvo más peso en ese ambivalente intento de parricidio y revisionismo cultural (el libro de Gregorio Morán, El maestro en el erial (1998), es una pieza fundamental y esclarecedora sobre este asunto y sobre la vida y obra de Ortega en la cultura del franquismo).

Ferlosio le debe las ideas sobre el tiempo a Walter Benjamin y su texto Destino y Carácter (1921), donde se establece la distinción entre personajes de destino y personajes de carácter a los que denomina personajes de existencia y personajes de manifestación respectivamente. Podemos relacionar, dado que el tiempo y su sentido en la dimensión humana es indiscernible del balance y la felicidad, los dos personajes del tiempo con dos nociones de felicidad entendidas o bien como proyecto y programa orteguiano de vida (la vida en el tiempo) o bien como una felicidad espontánea no subordinada ni a los cálculos ni a la recta línea del Tiempo (la vida contra el tiempo), ni a los engaños e ilusiones de control sobre la Realidad. Dos pensadores españoles encarnan a la perfección ambos modelos: véase la noción del tiempo como vida proyectiva y la felicidad como un imposible necesario en el filósofo Julián Marías, personaje de Destino, y el tiempo vacío de Agustín García Calvo, propio de los personajes de Carácter, como dicotomías enfrentadas.

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Yeray Rogel Seoane (Barcelona, 1993), es licenciado en Filosofía por la UB. Editor de los blogs La víbora celta y Crónicas del desengañodedicados al análisis y crítica cultural del mundo político y la sociedad mediática. Actualmente prepara un ensayo biográfico (recogiendo la vida y obra de Gregorio Morán y Santiago López Petit) sobre la memoria política y cultural de la Transición.

Webinar: «Las auténticas lecciones finlandesas»

Presentación de las traducciones al castellano y catalán de este libro, a cargo de la Fundación Episteme. Bajo el subtítulo de «La verdadera historia de una superpotencia educativa», Gabriel Heller-Sahlgren, desgrana el mito educativo finlandés para refutar muchas de las explicaciones clásicas. «Un ensayo de lectura obligatoria para todos aquellos interesados en la experiencia finlandesa».

 

Intervendrán: Xavier Massó Aguadé, presidente de la Fundación Episteme y Josep Oton Catalán, secretario de la Fundación Episteme, quienes analizarán, asimismo el recorrido y detalles y de esta obra educativa. Libro de acceso gratuito.

El acto tendrá lugar el próximo miércoles, 25 de enero a las 18.30 horas. Puede realizar su registro en este enlace. (Registro gratuito). Seminario en catalán.

 

«Propuestas» (Tercera mesa redonda)

Barcelona acogió el sábado 26 de noviembre el «II Congreso de expertos docentes», organizado por la Fundación Episteme y el Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE), dedicado a «La necesidad social del conocimiento». Celebrado en la Residencia de Investigadores del CSIC, el acto reunió a más de 160 asistentes, en su mayoría profesores, que reclaman más racionalidad, más ciencia y más conocimientos como necesidad académica y social ante las evidentes carencias de los alumnos, reflejadas en los malos resultados obtenidos por nuestros estudiantes y recogidas en los sucesivos informes PISA.

 

Este segundo encuentro educativo celebrado en Barcelona contó con las ponencias de 16 expertos educativos y la colaboración del Sindicato de Profesores de Secundaria (aspepc·sps), la Asociación de Catedráticos (ACESC), la plataforma valenciana No Als Àmbits y la plataforma catalana No al Currículum, también conocida como Plataforma en Defensa de la Calidad Educativa.

Con el título “Propuestas”, esta tercera mesa redonda abordó opciones para mejorar el actual sistema educativo con las intervenciones de Josep Oton, JoanRa Pla, Pepe Sabater, Irene Murcia y Pascual Gil, bajo moderación de Eva Serra.

Acceder al vídeo de la Tercera Mesa Redonda:

• Josep Oton. Licenciado en Geografía e historia. Doctor en Historia. Escritor. Articulista de opinión y autor de libros de temáticas diversas. Presidente de la Asociación de Catedráticos de Cataluña (ANCABA). Secretario de la Fundación Episteme.

• JoanRa Pla. Licenciado en Biología. Grado Profesional de Música por el CMMB. Profesor de secundaria por las especialidades de Física y Química y Biología. Portavoz de la Plataforma «No al Currículum».

• Pepe Sabater. Licenciado en Ciencias Químicas. Docente de Secundaria. Impulsor de la Asociación de Profesionales de la Enseñanza de Física y de Química de la Comunidad Valenciana (PFQCV) y de la Plataforma contra los Ámbitos Impuestos. Miembro fundador de OCRE.

• Irene Murcia. Licenciada en Matemáticas y en Estadística e investigación Operativa. Presidenta del Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE). Profesora de Matemáticas en la Enseñanza Pública, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana.

• Pascual Gil. Graduado en Historia. Máster en Mediterráneo Antiguo y especialista en Mundo Grecorromano. Profesor de Historia y Geografía en Secundaria y Bachillerato. Actualmente, doctorando en Historia Antigua. Escritor.

Modera: Eva Serra

Congreso en formato presencial celebrado el sábado, 26 de noviembre de 2022, en la Residencia de Investigadores del CSIC (Barcelona).

 

APARICIONES EN PRENSA:

CATALUNYA VANGUARDISTA (12/12/2022)

CATALUNYA VANGUARDISTA (30/11/2022)

MAGISTERIO (28/11/2022)

EL PERIÓDICO (27/11/2022)

HOY (26/11/2022)

EL COMERCIO (26/11/2022)

ABC (26/11/2022)

EL DIARIO DE LA EDUCACIÓN (25/11/2022)

EL PERIÓDICO (14/11/2022)

EL CONFIDENCIAL (14/11/2022)

25 TV (12/11/2022)

ÉXITO EDUCATIVO (4/10/2022)

EL MUNDO (30/09/2022)

CATALUNYA VANGUARDISTA (26/09/2022)

«Propuestas» (Tercera mesa redonda)

Tercera mesa redonda del II Congreso de expertos docentes dedicada a "Propuestas" / Fundación Episteme

TERCERA MESA REDONDA DEL II CONGRESO DE EXPERTOS DOCENTES (4.ª parte)

Barcelona acogió el sábado 26 de noviembre el «II Congreso de expertos docentes», organizado por la Fundación Episteme y el Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE), dedicado a «La necesidad social del conocimiento». Celebrado en la Residencia de Investigadores del CSIC, el acto reunió a más de 160 asistentes, en su mayoría profesores, que reclaman más racionalidad, más ciencia y más conocimientos como necesidad académica y social ante las evidentes carencias de los alumnos, reflejadas en los malos resultados obtenidos por nuestros estudiantes y recogidas en los sucesivos informes PISA.

 

Fundación Episteme

Es posible una interdisciplinariedad desde los departamentos didácticos sin renunciar al principio de especialidad. El docente debe hacer uso de su libertad de cátedra y autoorganizarse frente al planteamiento hegemónico de innovación pedagógica. Los ámbitos pueden ser contrarrestables mediante una batería de argumentos y acciones organizadas. Se debe perseguir la unión de un frente común, educativamente crítico y abierto a todas las especialidades. La escuela pública y de calidad debe ser defendida.

Con el título “Propuestas”, esta tercera mesa redonda abordó estas cuestiones con las intervenciones de Josep Oton, JoanRa Pla, Pepe Sabater, Irene Murcia y Pascual Gil, bajo moderación de Eva Serra.

 

Josep Oton: «Codocencia sin renunciar a la especialidad»

Josep Oton / Fundación Episteme

Josep Otón, presidente de la Asociación de Catedráticos de Cataluña y secretario de la Fundación Episteme, comparó las sucesivas reformas educativas con la noticia de las ovejas de Asia central que han estado dos semanas caminando en círculo. Cada reforma pretende enmendar los errores de la anterior y, a su vez, generará nuevas disfunciones que requerirán nuevas leyes. Ello se debe al menosprecio del pasado, de ahí el apelativo de ‘profesaurios’. «Cuando hablas de ‘profesaurios’ estás diciendo que es algo del pasado y que, por lo tanto, ya está obsoleto. Hay por definición, una desconfianza hacia el pasado«. Y tras ello quiso referirse a los ámbitos como relevo propuesto a ese pasado. Por ejemplo, los ámbitos vienen a subsanar el exceso de docentes que imparten materias en un grupo y a promover la interdisciplinariedad. Pero resulta que han sido las reformas educativas, con la LOMLOE incluida, las que reducen las horas de las asignaturas y, de este modo, hacen intervenir a un mayor número de docentes en un grupo. «Nos hemos cargado algo que sí que funcionaba para crear algo nuevo que no funciona y que nos ha metido en ese círculo«, en alusión a la metáfora de las ovejas.

«Ha habido una mutación de la metodología», que en aras de aplicar la novedad y/o de enmendar los errores que asoman a cada ley, ha renunciado a aprendizajes que antes funcionaban perfectamente

Para Oton «Ha habido una mutación de la metodología«, que en aras de aplicar la novedad y/o de enmendar los errores que asoman a cada ley, ha renunciado a aprendizajes que antes funcionaban perfectamente. Como propuesta, el historiador y escritor apuntó a que la interdisciplinariedad se podría trabajar en los departamentos didácticos -que actualmente tienden a ser suprimidos-, y con las antiguas ‘horas B’ (desdoblamientos empleados ya en la LGE) que permitirían la codocencia y la aplicación de metodologías más prácticas para diseñar actividades interdisciplinares, pero sin renunciar a la especialidad. «Cómo vas a hacer algo interdisciplinar si no dominas tu disciplina», defendía. Y así, apeló a la aplicación de un criterio marcado por la competencia en cada especialidad para conectar las áreas de aprendizaje susceptibles de conexión con otras disciplinas.

 

Joan Ramon Pla: «Hay que defender la libertad de cátedra»

JoanRa Pla / Fundación Episteme

Como portavoz de la plataforma «No al Currículum«, el profesor de Física y Química y Biología y Geología JoanRa Pla, inició su ponencia explicando el nacimiento de dicha formación contraria a las nuevas iniciativas de adelgazamiento de contenidos y horas lectivas. «Todo empezó de forma espontánea a través de las redes tras la publicación del esbozo sobre los nuevos currículums, publicado por el Departament d’Educació de la Generalitat de Catalunya». Tras la difusión de un documento crítico a manos de su plataforma ante las nuevas medidas, el resultado fue la recogida de unas diez mil firmas a través de Change.org que fueron presentadas en la administración catalana. Pla quiso detenerse ante un aspecto concreto aportado por esta comunidad autónoma y referido a la incorporación de ‘horas de gestión autónoma’ [dedicadas básicamente a proyectos], y que vienen a suplir las horas rebajadas de impartición de contenidos. Una situación educativa más propia de «Un reino de taifas completo, donde habrá centros que intenten ‘preservar lo que se pueda’ y centros que decidan ‘innovar aún más’ de lo que se viene haciendo«, criticó.

«Hay un sectarismo absoluto» que acaba incluso por confundir al docente cuando trata de explicar a sus alumnos contenidos y no se ciñe al Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP)

Tras la reunión mantenida con el director general de Innovación, Digitalización, Currículum y Lenguas Joan Cuevas y la directora general de Profesorado y Personal de Centros Públicos Dolors Collell, ambos de la Generalitat catalana, se les comentó que «Es lo que hay. Nos viene del Estado«. Desde entonces, ni Pla ni la plataforma que representa han tenido más noticias. Pero la crítica continuó frente a esa «Imposición metodológica, que promociona a aquellos centros que aplican las ‘innovaciones pedagógicas’, mientras se denosta a los ‘centros tradicionales’. Al igual que cuestionan la formación del profesorado, donde de forma voluntaria se accede a cursos que «no presentan didáctica de especialidad» o el master de Secundaria, que dedica un solo mes a la disciplina y emplea el resto de curso a la metodología. «Hay un sectarismo absoluto» -denunció Pla- que acaba incluso por confundir al docente cuando trata de explicar a sus alumnos contenidos y no se ciñe al Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Frente a este panorama educativo, las propuestas de JoanRa Pla pasan por la defensa de la libertad de cátedra (referida a la actuación docente de forma individual en el aula), la autoorganización en centros con compañeros (como escudo de unidad actuando frente a direcciones rígidas e impositivas), organización de talleres y charlas a las familias (comunicar y buscar la complicidad de los padres que ignoran lo que sucede), grupos de trabajos por zonas (recogida de datos para organizar un nuevo currículo) y aumentar la relación universidad-institutos-escuelas de primaria, propuso como principales propuestas.

 

Pepe Sabater: «Los ámbitos pueden ser contrarrestables mediante una batería de argumentos y acciones»

Pepe Sabater / Fundación Episteme

Impulsor de la Plataforma contra los Ámbitos Impuestos y miembro fundador del Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE) Pepe Sabater, ejerce la docencia de Física y Química desde el año 1992. Su experiencia pues se remonta desde la LGE y las sucesivas ocho leyes posteriores que han transcurrido desde entonces. «No soy un nostálgico -afirmó-, pero desde que se implantó la LOGSE creo que algo fundamental está fallando«. Y revisando la extensión de edad obligatoria hasta los 16 años, desde 1990, comentó que el tipo de alumnado se diversificó en los institutos y los fallos comenzaron a llegar desde primaria. «Nos decían que cambiáramos el chip. Y eso fue lo que hicimos, bajar el nivel al alumnado». Tras la sucesión de las diferentes leyes se comprobó que ninguna disminuía el fracaso escolar «básicamente porque todas eran la misma», subrayó, al igual que la impotencia que se palpaba en la sala de profesores desde aquel momento. «No sé si en aquella época, el profesorado de primaria esperaba que nos reveláramos los de secundaria y nosotros, que lo hicieran los de la universidad», confesó. Y quiso referirse al año 2006 y la publicación del Panfleto antipedagógico, de Ricardo Moreno Castillo junto con la aparición de algunas páginas web críticas donde se planteó la necesidad de contactar entre el profesorado.

Tras la sucesión de las diferentes leyes se comprobó que ninguna disminuía el fracaso escolar «básicamente porque todas eran la misma»

«Ya desde la Asociación de los profesores de Física y Química vimos venir los ámbitos, algo que se confirmó en pleno confinamiento». Desde esta asociación se protestó por la reducción de asignaturas que conllevaba, pero la respuesta de la administración valenciana fue que con los ámbitos se facilitaban las nuevas metodologías, la inclusión, la cooperación, la coordinación entre el profesorado, etc. Y así, tras la etapa de confinamiento, los ámbitos se asentaron en la comunidad valenciana y pasaron a ser obligatorios en primero de la ESO y voluntarios en segundo, «Sin ningún estudio serio sobre su impacto», subrayó. Como consecuencia de todo ello, en abril de 2021 se compartió un decálogo en contra de los ámbitos que dio lugar a la plataforma: «No a los Ámbitos». Sus propuestas pasan por presionar a los sindicatos, que «deben representar al profesorado», la creación de grupos de trabajo presenciales, pero también a través de redes sociales, contactos con grupos críticos de otras comunidades, con grupos de familias (madres y padres), así como el desarrollo de argumentos en contra de los ámbitos y publicaciones de libros y blogs, traducción de artículos y divulgación alternativa a los medios de comunicación.

 

Irene Murcia: «La difusión es fundamental para llegar a las familias, a los docentes, a la sociedad»

Irene Murcia / Fundación Episteme

La presidenta del Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE) y profesora de Matemáticas, Irene Murcia inició comentando la finalidad que, desde la plataforma que lidera, puede conseguir unir intereses comunes. «Hace falta organizarse, desde cualquier comunidad autónoma o desde los centros educativos e incluso a título personal«, defendió apuntando hacia la educación pública. «Una educación pública de calidad, rigurosa y con recursos para todo el alumnado», remarcó. La difusión, para Murcia, es fundamental para llegar a las familias, a los docentes, a la sociedad. También quiso referirse a «los palos en las ruedas que nos hemos encontrado», para alertar con ello sobre los impedimentos ya experimentados por los críticos. «Hace apenas diez meses de la creación de OCRE -subrayó-. En la plataforma ‘No a los Ámbitos’ se produjo un punto de inflexión, provocado por la suma de descontentos que se fueron agregando, con diferentes posiciones y debates» y que, además, no habían tomado la forma de interlocución que se necesitaba. Tras ello se optó por una la creación de una asociación, OCRE, «formada por docentes a pie de aula que hablan sobre docencia», significó.

Hace falta organizarse, desde cualquier comunidad autónoma o desde los centros educativos e incluso a título personal

El objetivo de OCRE -comentó- pasa por «La unión de un frente común, abierto a todas las especialidades capaz de contrarrestar toda esta debacle educativa«. Una problemática que afecta a todos los niveles de enseñanza y a todas las comunidades autónomas. Sus propuestas incluyen diferentes vías de comunicación entre docentes: redes sociales, asambleas generales, comunicaciones electrónicas, creación de cinco subgrupos de trabajo: redes y web; recopilación de artículos críticos o de investigación o libros; actividades de OCRE como los congresos realizados; contactos y relaciones con prensa, sindicatos, familias, etc. y; un último grupo de contactos con docentes, asociaciones y comunidades autónomas. Además, quiso mencionar colaboraciones con otras asociaciones, como el Seminario Ítaca y la Fundación Episteme así como con profesionales universitarios, recursos jurídicos presentados y destacó «La elaboración de un escrito que conjugue una queja contra la LOMLOE para difundir y que sirva para levantar la crítica desde todas las comunidades autónomas«. Para concluir Irene Murcia, quiso insistir en la importancia de divulgar para aclarar confusiones entre las familias y los propios docentes y animó a la lectura constante, a través de diversas publicaciones educativas que mostró.

 

Pascual Gil: «Intentemos construir una escuela republicana»

Pascual Gil / Fundación Episteme

El profesor de Historia y escritor Pascual Gil, partió de los diferentes escenarios educativos; para comenzar apuntando al estatal. «Lo primero que firmaríamos todos -dijo- es una bajada de ratios en todos los niveles, desde primaria hasta, por lo menos, bachillerato». Así, denunció que tras las buenas intenciones descritas en el BOE (inclusión, atención a la diversidad…), la realidad es que los profesores cuentan con 50 minutos y más de treinta alumnos en el aula. «Sin condiciones materiales ni objetivas es imposible cumplir con esas buenas intenciones», puntualizó. Como segundo punto propuso «Derogar todos los elementos lesivos de la legislación educativa, desde el paradigma constructivista hasta el dirigismo metodológico que coarta la libertad de cátedra del docente y su capacidad de actuación dentro del aula». Gil también reivindicó «que el currículo recaiga en manos de especialistas», partiendo del mérito y la capacidad a la hora de diseñar las leyes educativas. Una vez realizado todo esto -destacó- habría que «blindar el mundo educativo y hacerlo impermeable a las tentativas de filtración de pseudociencias, pseudoteorías y pseudoterapias«. Para ello, sugirió, debería contrastarse la realidad del aula con estudios de psicología, pedagogía, neurociencias o sociología. «Cualquier tipo de cambio debe estar respaldado por la evidencia científica«, sostuvo. Y garantizar todo ello al margen de los vaivenes del poder.

Habría que «blindar el mundo educativo y hacerlo impermeable a las tentativas de filtración de pseudociencias, pseudoteorías y pseudoterapias»

En el ámbito autonómico, el profesor Gil quiso detenerse en la formación del profesorado. «Se debe ajustar a la evidencia científica disponible, con especial énfasis en la puesta al día del docente en los contenidos de su materia y en la formación didáctica específica». Como añadidura a esto sugirió «poner fin a la externalización de los cursos de formación«, puesto que los contenidos se escapan al rigor deseable sobre la oferta que se imparte. Por otro lado, pidió «Frenar la injerencia de las grandes empresas tecnológicas y multinacionales en el mundo educativo», un escollo que a su juicio irrumpe en la privacidad de los datos de los alumnos y de los propios centros escolares y desvía los recursos económicos hacia dispositivos que «nadie pide». «El uso de las TIC se debe regir únicamente por intereses pedagógicos«, advirtió Gil. Sobre la universidad, el profesor quiso poner el énfasis en la cantidad de cursos pseudocientíficos que se imparten allí amparados en las nuevas pedagogías, por ello propuso «Una revisión exhaustiva y una renovación de los planes de estudio y contenidos que se dan en los grados de Magisterio y en el master de profesorado«. Sobre ello se detuvo también en el despertar de muchas voces críticas que surgen desde la propia universidad para mejorar esta situación. Gil quiso asimismo reclamar un aumento de la carga lectiva «todo lo que sea posible, dedicada a las didácticas específicas y a las prácticas reales en el aula». En el ámbito sindical pidió más interrelación entre sindicatos y profesores para «recabar información relevante desde las bases». Y, para finalizar, dijo que desde los centros se debería «Reclamar un refuerzo del papel del claustro en la toma de decisiones«, así como «Retroceder en la versión mercantilizada y marcadamente empresarial en los centros educativos». Tras un alegato a la defensa de la escuela pública, Gil concluyo: «Intentemos construir una escuela republicana«.

 

TERCERA MESA REDONDA: «Propuestas»

Acceso al vídeo de la tercera mesa redonda «Propuestas» (4)

 

SEGUNDA MESA REDONDA: «Docencia y Sociedad»

Acceso al vídeo de la segunda mesa redonda «Docencia y Sociedad» (3)

Acceso al reportaje resumen de la Segunda mesa redonda (3 texto)

PRIMERA MESA REDONDA: «Educación y Sociedad»

Acceso al vídeo de la Primera mesa redonda «Educación y Sociedad» (2)

Acceso al reportaje resumen de la Primera mesa redonda (2 texto)

MESA INAUGURAL: Clase magistral de Nuno Crato

Acceder al vídeo de la Mesa Inaugural con Nuno Crato (1)

Acceder al reportaje resumen de la Mesa Inaugural (1 texto)

Informe 2022 sobre el estado del sistema educativo. Curso 2020-2021

El Consejo Escolar del Estado presenta el Informe 2022 referido al curso escolar 2020‑2021. En el ejercicio de sus funciones, este órgano de participación de la comunidad educativa en la programación general de la enseñanza y de asesoramiento al Gobierno, ha elaborado y hace público este documento en el que se recogen y valoran diversos aspectos sobre el estado y situación del sistema educativo en dicho curso.

 

La elaboración de este Informe ha sido posible gracias a la efectiva participación de todos los Consejeros y Consejeras. Esta participación, junto a la colaboración, el sentimiento de pertenencia al Consejo y el compromiso de entendimiento mutuo han guiado el quehacer diario de quienes componemos este órgano colegiado.

Con ese espíritu se ha profundizado en el mecanismo de incorporación de las propuestas de mejora del informe anual, formuladas y consensuadas por el Pleno del Consejo, potenciando el Consejo Escolar del Estado como referente en el ámbito educativo por su aportación descriptiva, basada en el tratamiento de información rigurosa y veraz procedente de fuentes oficiales, y su carácter propositivo.

En esta edición se han introducido nuevos contenidos, como los que aportan información considerada de interés sobre todo tipo de consejos escolares, o el mapa de la participación, elaborado con la colaboración de la Junta de Participación de los Consejos Escolares Autonómicos, que incluye los Consejos Escolares Municipales.

Informe 2022 completoPDF

Pensamiento Alicia (y II)

Imagen de Klaus Hausmann en Pixabay

Podríamos hablar de una ironía trágica de la educación: educando para la democracia como un bien y un dogma irrenunciable estamos anticipando y preparando su demolición más perfecta. La gran paradoja de la ilustración al pensar la autonomía del individuo es de orden moral: Obligados a ser libres, o ser libres para elegir ser esclavos; en esa encrucijada se juega todo el sentido de la libertad moderna.

 

Yeray Rogel Seoane @YerayRogel

Fue comprensible, aunque no inevitable ni irresistible, la defensa de una educación moral liberal para guiar y orientar al individuo hacia la formación de un carácter democrático y una actitud tolerante dado el pasado totalitario y la memoria del terror político en el siglo XX europeo. Un fétido aliento de muerte y violencia todavía humedece ligeramente nuestra nuca al recordarlo. Era fácil entonces, antes de la autodisolución de la URSS y su cartografía comunista en 1991, definir de un modo amplio, laxo y ambiguo una educación liberal en Occidente concertando grandes consensos. Su existencia se justificaba por la negación del horror político de sus enemigos; sencillamente había que establecer los límites que diferencian lo democrático de lo antidemocrático, lo constitucional de lo inconstitucional, lo cívico de lo incívico y lo liberal de lo iliberal, en contraposición al totalitarismo. Tal definición implicaba la condena explícita de sus vicios ordinarios: la supresión de los derechos civiles, la ausencia de libertades públicas (expresión y conciencia), la dominación total, y el poder arbitrario sobre la vida y la muerte. La exaltación de lo reprimido por el comunismo y el fascismo conformaba una coherente y simple identidad liberal. Aclaremos el problema con esta y con toda identidad.

Escribe Ferlosio en una nota a pie de página de su breve ensayo ‘Monografías iniciáticas’, ABC, 8 de julio de 2000, recogido en Ensayos 4, QWERTYUIOP: “La identidad es siempre, por su propia índole, ‘frente a’, nunca por ejemplo, ‘respecto de’, puesto que, por mucho que se vista de atributos, éstos no tienen otra función que la de signos diacríticos, distintivos, como el color de las banderas, sin contenido semántico que connote cualidad, sino sólo señas que indican ‘otreidad’. La bandera no es ninguna cualidad de la hueste que la enarbola, porque no dice ‘soy así’ sino ‘soy yo’ lo cual siempre quiere decir ‘no soy tú’, ‘soy otro que tú’; si el color de las banderas fuese una cualidad, querer cambiarlo sería tan imposible como el que una liebre quisiese cambiar su hermosísimo par de orejas por un par de cuernos, con el que, ciertamente, se vería menos indefensa. Ese fetiche totalmente carente de significado que es la identidad sólo se hipostasía y se sacraliza cuando ejerce su función de ‘distintivo’ precisamente frente a otro, o sea en el contexto del antagonismo, al igual que el color de la bandera lo ejerce en el trance para el que fue creada: la batalla”.

De los dos componentes del sistema escolar, la educación -y no la instrucción o enseñanza-, se encarga de proporcionar una identidad personal, en este mismo sentido agónico y competitivo en que se definen los equipos de fútbol en el campo, que siendo todos lo mismo, se distinguen superficialmente por diferencias diacríticas como los colores de la camiseta, el sonido de sus cánticos, la grosería de sus aficionados, y el tipo de banderas. Es decir, no siendo nada son distintos porque no son el otro. La tendencia educativa empeñada en transmitir los valores liberales doctrinales pretende la interiorización de las ficciones explicativas y justificadoras de la convivencia democrática como productos acabados y cerrados, no desde la exterioridad de los conocimientos científicos y filosóficos que proporciona (en principio) la enseñanza de la asignatura de Historia, con sus formas abiertas y plurales, sino desde la rotunda verdad de un tratamiento pedagógico que forja a la persona y acuña su identidad. El movimiento es simple pero letal: la educación interioriza valores en la persona, adapta los conocimientos al individuo (pervirtiendo así el sentido de toda transmisión) para construir un nuevo ser, mientras que la instrucción exterioriza, expone conocimientos en su calidad de objetos que están fuera, en el mundo, para ser aprendidos intelectualmente e incluso moralmente. Dicho de otro modo: la educación adultera y pervierte los conocimientos o contenidos para adaptarlos al alumno y su ambiente y producir así una identidad según nuestro gusto e intereses actuales de combate, mientras que la enseñanza prepara y capacita a la persona para comprender y adaptarse a los conocimientos del mundo real.

La enseñanza de la filosofía moral y política se plantea las preguntas que han atemorizado el corazón mismo de la humanidad durante siglos: ¿Cómo debería vivir yo?, ¿Cuál es la mejor forma de vida o la vida buena?, ¿Cuál es la mejor forma de gobierno?, ¿Qué es el gobierno?, ¿Debe haber gobierno? o ¿Puede existir una política sin gobierno?, ¿Es inevitable la distinción entre gobernantes y gobernados?, ¿Quién debe gobernar?, ¿Por qué debería obedecer la ley o su ley?, ¿Obedeciendo la ley me obedezco a mí mismo?, ¿Cuál es el origen y fundamento de la autoridad?, ¿Existe en política algo más que la fuerza?, ¿Es ético y moral sacrificarse a uno mismo por otros?, ¿Qué son los derechos? y, ¿por qué hay que unirlos necesariamente a deberes y obligaciones?, ¿Hay objetivos y fines que deban perseguir todos los individuos necesariamente?, ¿Hay propósitos morales y políticos objetivos y universales para todo el mundo?, ¿La libertad tiene límites?, ¿Por qué hay que ejercer la libertad con responsabilidad?, ¿Por qué se prohíben cosas en nombre de la libertad?, ¿por qué la acción política debe estar sujeta a la racionalidad?, ¿Existe la voluntad general de la sociedad y de la nación política?, ¿Por qué debería seguirla por encima de mi propia voluntad individual?, ¿hay que distinguir entre deseo y voluntad,?, y ¿ Entre derechos y deseos?, y ¿Entre deseos y necesidades? ¿Quién vigila al vigilante?, ¿Es posible el derecho constitucional a la búsqueda de la felicidad?, ¿El orden político no se justifica por el caos que el mismo crea?, ¿Hay diferencias entre legalidad y legitimidad?, ¿Quién controla al soberano? Toda educación para la ciudadanía, por bendecida y sagrada que se presente, esta consustancialmente ligada a las formas más grotescas del pensamiento Alicia (tal y como lo definí en el artículo anterior) y por lo tanto no puede responder a estas preguntas de un modo crítico y reflexivo como haría la filosofía, sino de un modo pedagógico, tutelar y educativo: con la finalidad de conformar una identidad.

Por su propia estructura y finalidad, la ‘educación Alicia’ presentará una única respuesta a estas preguntas y una sola imagen depurada y sin fisuras del hombre (por muy invertida que sea respecto a la realidad), como un molde de lo humano, y una naturaleza fija e inalterable del ciudadano, que es la que nos conviene. Sostendrá unos derechos absolutos, unos valores de igualdad y libertad irreductibles perfectamente compatibles entre sí, y una democracia liberal sin el rostro oscuro de sus poderes coercitivos, sin asumir que como todo régimen político se legitima principalmente, pero no exclusivamente, por la fuerza. En un proceso de enseñanza codificado en asignaturas independientes no se nos ofrece dogmáticamente la democracia liberal como un bien, sino como un objeto de estudio, como la forma política más sofisticada y justa de organización humana con sus propias contradicciones y limitaciones, con derechos legítimos e incompatibles en conflicto entre sí, una igualdad y una libertad relativas, condicionadas por la circunstancias nacionales y geopolíticas, mucho más frágiles que las que promete el decálogo de la corrección política y el espejo de Alicia. Las alternativas políticas se nos ofrecen en la historia real, en la tierra, y no en una idealidad brumosa y celestial.

Una educación doctrinal materializada en la existencia de una asignatura pedagógica y artificiosa como “Educación para la ciudadanía”, y fuera del marco de la filosofía y la historia (en sus asignaturas respectivas), conlleva un absurdo y ridículo intelectual, que si bien no aumenta los peligros políticos a los que ya estamos expuestos por el nacionalismo y el neoliberalismo (las dos ideologías que han venido a llenar el vacío dejado por el comunismo y el fascismo), sencillamente debilita los conocimientos y herramientas analíticas de los alumnos. Consolidando nuestra cómica condición trágica. Recordemos que es en las viejas tragedias griegas donde el héroe, intuyendo el destino que le quieren imponer los dioses y desconociéndose a sí mismo, cumple precisamente con su fatal destino al intentar huir de él. Podríamos hablar de una ironía trágica de la educación: educando para la democracia como un bien y un dogma irrenunciable estamos anticipando y preparando su demolición más perfecta. La gran paradoja de la ilustración al pensar la autonomía del individuo es de orden moral: Obligados a ser libres, o ser libres para elegir ser esclavos; en esa encrucijada se juega todo el sentido de la libertad moderna. Solo con una sólida enseñanza, que signifique una verdadera contraeducación, podrán los futuros ciudadanos encararla.

Pensamiento Alicia (I)

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Yeray Rogel Seoane (Barcelona, 1993), es licenciado en Filosofía por la UB. Editor de los blogs La víbora celta y Crónicas del desengañodedicados al análisis y crítica cultural del mundo político y la sociedad mediática. Actualmente prepara un ensayo biográfico (recogiendo la vida y obra de Gregorio Morán y Santiago López Petit) sobre la memoria política y cultural de la Transición.

«Docencia y Sociedad» (Segunda mesa redonda)

Barcelona acogió el pasado sábado 26 el «II Congreso de expertos docentes», organizado por la Fundación Episteme y el Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE), dedicado a «La necesidad social del conocimiento». Celebrado en la Residencia de Investigadores del CSIC, el acto reunió a más de 160 asistentes, en su mayoría profesores, que reclaman más racionalidad, más ciencia y más conocimientos como necesidad académica y social ante las evidentes carencias de los alumnos, reflejadas en los malos resultados obtenidos por nuestros estudiantes y recogidas en los sucesivos informes PISA.

 

Este segundo encuentro educativo celebrado en Barcelona contó con las ponencias de 16 expertos educativos y la colaboración del Sindicato de Profesores de Secundaria (aspepc·sps), la Asociación de Catedráticos (ACESC), la plataforma valenciana No Als Àmbits y la plataforma catalana No al Currículum, también conocida como Plataforma en Defensa de la Calidad Educativa.

Con el título «Docencia y Sociedad», esta segunda mesa redonda contó con las intervenciones de Andreu Navarra, Ferran Gallego, María Elizalde, Jacob Guinot y Carlos Fernández Liria, bajo moderación de David Rabadà.

Acceder al video de la Segunda Mesa Redonda:

• Andreu Navarra. Doctor en Filología Hispánica, profesor y escritor. Docente de secundaria, también enseña Historia de la Cultura Contemporánea en la Universitat Oberta de Catalunya.

• Ferran Gallego. Licenciado en Filosofía y Letras. Doctor en Historia Contemporánea.  Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y escritor. Galardonado con el Premio Internacional de Ensayo Caballero Bonald. Premio de Periodismo “El Correo” 2002.

• María Elizalde. Graduada en Filosofía y en Documentación por la Universidad de Barcelona. Doctora en Pensamiento Español e iberoamericano. Profesora de Filosofía en institutos de secundaria.

• Jacob Guinot. Diplomado en Relaciones laborales y Licenciado en Ciencias del trabajo. Doctor en Organización de empresas. Profesor de la Universidad Jaume I desde el 2010 y acreditado a profesor titular de Universidad. Premio extraordinario de doctorado.

• Carlos Fernández Liria. Profesor de Filosofía, ensayista y guionista español.  Además de su dedicación docente, ha publicado varios libros de ensayo sobre disciplinas como filosofía, antropología y política.

Modera: David Rabadà

Congreso en formato presencial celebrado el sábado, 26 de noviembre de 2022, en la Residencia de Investigadores del CSIC (Barcelona).

 

APARICIONES EN PRENSA:

CATALUNYA VANGUARDISTA (12/12/2022)

CATALUNYA VANGUARDISTA (30/11/2022)

MAGISTERIO (28/11/2022)

EL PERIÓDICO (27/11/2022)

HOY (26/11/2022)

EL COMERCIO (26/11/2022)

ABC (26/11/2022)

EL DIARIO DE LA EDUCACIÓN (25/11/2022)

EL PERIÓDICO (14/11/2022)

EL CONFIDENCIAL (14/11/2022)

25 TV (12/11/2022)

ÉXITO EDUCATIVO (4/10/2022)

EL MUNDO (30/09/2022)

CATALUNYA VANGUARDISTA (26/09/2022)

«Docencia y Sociedad» (Segunda mesa redonda)

Segunda mesa redonda del II Congreso de expertos docentes dedicada a "Docencia y Sociedad" / Fundación Episteme

SEGUNDA MESA REDONDA DEL II CONGRESO DE EXPERTOS DOCENTES (3.ª parte)

Barcelona acogió el sábado 26 de noviembre el «II Congreso de expertos docentes», organizado por la Fundación Episteme y el Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE), dedicado a «La necesidad social del conocimiento». Celebrado en la Residencia de Investigadores del CSIC, el acto reunió a más de 160 asistentes, en su mayoría profesores, que reclaman más racionalidad, más ciencia y más conocimientos como necesidad académica y social ante las evidentes carencias de los alumnos, reflejadas en los malos resultados obtenidos por nuestros estudiantes y recogidas en los sucesivos informes PISA.

 

Fundación Episteme

¿Son libres nuestras universidades o acatan los dictados de la banca y las agencias de evaluación en pro a un utilitarismo? ¿Se abandona el profesorado universitario a estas presiones del mercado? ¿Hay salida frente al cansancio que acompaña a la profesión docente y a la sociedad? ¿Por qué la universidad se ha impregnado de terminología empresarial abandonando su función de transmitir el saber? ¿Se encuentran alumnos y profesores desprovistos de su independencia civil frente a los chantajes del poder privado?

Con el título «Docencia y Sociedad», esta segunda mesa redonda abordó estas cuestiones bajo las intervenciones de Andreu NavarraFerran GallegoMaría ElizaldeJacob Guinot y Carlos Fernández Liria, bajo moderación de David Rabadà.

 

Andreu Navarra: «El mezquino es el que dirige, el que quiere brillar es expulsado del centro»

Andreu Navarra / Fundación Episteme

El historiador, escritor y profesor, Andreu Navarra comenzó con una cita de Carlos Fernández Liria, recogida en el libro La educación cancelada -del cual Navarra es asimismo su coordinador junto a David Rabadà-, que dice: «La gestión empresarial de la universidad comienza (…) con una cuantificación y un recuento, centrado ante todo en el número de publicaciones, predominantemente en inglés y en revistas internacionales de «alto impacto». Esta ha sido la trituradora que ha cambiado por completo la vida académica. Todo el mundo compite con todo el mundo para figurar en los rankings internacionales y en esa actividad se consume la mayor parte del tiempo del profesor». Navarra, quien centró su ponencia en el ámbito universitario, quiso partir de esta cita para explicar que existen agencias de valoración que, aunque camufladas como asesoramiento técnico, «destilan ideología». También, retomando a otro autor, el filósofo y psiquiatra alemán Karl Jaspers, llamado a construir de nuevo la universidad alemana tras la derrota del nazismo, ya alertaba en 1946 sobre cuáles podían ser los problemas de una universidad disfuncional: falta de libertad académica, fomento de la mediocridad directiva, simplificaciones rudas que suponen recortes y pérdida masiva de calidad, todo ello recogido en su libro La idea de la universidad, que Navarra fue citando como analogía de cuanto sucede en nuestras universidades hoy en día. «Una universidad que no es libre» -denunció-.

«El profesor es desvalorizado, el científico ya no vale nada, la verdad se desdibuja y lo que se hace es pura opinión, pura ideología de dominio»

Siguiendo con Jaspers, Navarra criticó la usurpación de la ciencia que se adopta en el actual modelo universitario. «Lo contrario del conocimiento científico es el opinar arbitrario» (Jaspers dixit) en su opinión, algo que está sucediendo con las tendencias pedagógicas actuales que, pretendidamente, intentan simular que hacen ciencia mientras que el objetivo real es ideológico. «El profesor es desvalorizado, el científico ya no vale nada, la verdad se desdibuja y lo que se hace es pura opinión, pura ideología de dominio«, destacó. Y siguiendo con citas de Jaspers, arguyó cómo tras la Segunda Guerra Mundial ya circulaban críticas contrarias a la clase magistral, a las lecciones o a la transmisión de conocimientos unidireccional (del docente al discente). Del mismo modo, y prosiguiendo con Jaspers, Navarra quiso subrayar las actuales líneas respecto a los nombramientos de los directores de los centros educativos que, subordinados a las consignas que reciben, impiden brillar al profesor con el fin de ocultar la mediocridad del superior. «Suena al ‘Decreto de Plantillas′‚ -puntualizó-. El mezquino es el que dirige, el que quiere brillar es expulsado del centro. Esto cae -dijo- en una disciplina burocrática y en un control de las plantillas que desmantela la docencia«, advirtió. Y refiriéndose al modelo del sistema neoliberal apostilló: «siempre estamos cogidos«.

 

Ferran Gallego: (Universidad) «He visto el brutal esfuerzo del profesorado por adaptarse a las exigencias del mercado»

Ferran Gallego / Fundación Episteme

El historiador, escritor y profesor, Ferran Gallego partió de su experiencia en dos niveles, como docente de Bachillerato, etapa que consideró relevante, tal y como profesaba Albert Soboul en Francia, quien aconsejaba obtener una cátedra de instituto antes de dar clases en la universidad; y su etapa como profesor universitario. «Esa visión de continuidad que exigía Soboul a sus alumnos es lo que permite a un profesor llegar ‘curtido′ a la universidad«, señaló. «(Antes) la enseñanza secundaria era otra cosa. Recuerdo hijos de trabajadores de la SEAT que llegaban a disponer exactamente de la misma calidad de enseñanza que en cualquier otro lugar y recuerdo que era posible otra situación». Así -opinó-, que el actual escenario se debe a «la incapacidad de luchar contra la degradación cultural de la sociedad«. Y se refirió al proyecto ilustrado en tanto que significaba una obligación para adquirir la condición auténtica de ciudadanía y no solo como un simple derecho. «Esto se acabó» -sentenció Gallego- para denunciar que se está atentando contra la autonomía del saber en la obligación de preservar un conocimiento y transmitirlo.

«No es que seamos nostálgicos es que nos encontramos ante un sistema educativo que, por primera vez, desde los proyectos de la ilustración busca, con la absoluta coartada infecta, colocar a la universidad al servicio de la sociedad y no de la verdad del saber»

Entrando en el ámbito universitario, el historiador quiso advertir sobre la falta de resistencia de su profesorado ante esa degradación. «Discutiendo planes de estudio he visto el brutal esfuerzo del profesorado por adaptarse a las exigencias del mercado. ¿Cómo adaptar, por ejemplo, el trienio liberal al mercado?», preguntaba el profesor. «No es que seamos nostálgicos es que nos encontramos ante un sistema educativo que, por primera vez, desde los proyectos de la ilustración busca, con la absoluta coartada infecta, colocar a la universidad al servicio de la sociedad y no de la verdad del saber«, entendiendo que se está al servicio de la sociedad solo después de haber pasado por la verdad del saber. A su juicio, esta situación plenamente consciente, es posible gracias a las complicidades habidas, tanto de la izquierda, que ha abandonado a las clases populares al negar una buena formación en la escuela pública, como a la universidad, que ha claudicado para estar al servicio de la demanda de los poderes económicos de la sociedad antes que del saber. Así, «Recibimos a un alumnado que no tiene conocimientos integrados«. Y aludiendo al Plan Bolonia, que disminuyó en un 20% la duración académica universitaria apuntó que el objetivo pasaría por que «el alumno obtenga unos conocimientos muy generales y muy superficiales, bajo programas imposibles y con docentes que en la universidad se moverán en dos sentidos: o la adaptación desesperada para tratar de buscar financiación o el ‘tirar la toalla’ y dedicar a la docencia la mínima parte de su esfuerzo». Para concluir, el profesor quiso advertir que «está a punto de cerrarse un círculo vicioso muy peligroso donde la personas que estudiaron EGB, BUP, COU y una licenciatura irán desapareciendo y la enseñanza será dada por aquellos que no han pasado por una buena formación humanística».

 

María Elizalde: «Estamos agotados, pero es que toda la sociedad está agotada»

María Elizalde / Fundación Episteme

La doctora en Filosofía, profesora de instituto y profesora de Teoría del Arte en la UOC María Elizalde, comenzó con Michel Foucault y su análisis sobre la anatomía del detalle, para partir del contexto del materialismo donde nos situamos y apuntando a posibles propuestas frente a un capitalismo que «pretende que pensemos que no hay salida ante esta situación«, reflexionó. Una salida que sí existe, a su parecer, y que pasa por «el agenciamiento cultural y el empoderamiento de todos nosotros. Y citando al crítico literario marxista Fredric Jameson: «Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo», Elizalde subrayó la potencia de esta imagen con relación a las relaciones de poder que se ejercen. «Un poder que circula en todas direcciones. Como agentes de esta sociedad, lo ejercemos y lo sufrimos». En base a ello destacó la lógica actual del neoliberalismo, «una lógica muy distinta a todo cuanto habíamos aprendido previamente», señaló. Y citó también a Marx, cuando decía que en la superficie es donde está la ideología. Y refiriéndose al ámbito educativo apuntó hacia los detalles que se encuentran «en la manera de impartir clase, en los gestos de la dirección y de los alumnos, en esa amenaza constante de las familias diciendo: vas a inspección si no apruebas a mi hijo… es donde se está construyendo una ideología en la educación«.

¿Dónde está el conocimiento? «Todo este valor que aportamos a nuestro trabajo está siendo menospreciado«

Elizalde quiso citar también a Nietzsche cuando advirtió que entrábamos en un nihilismo absoluto en el siglo XX. «Aquí está, aquí lo tenemos«, destacó. E hilando con más autores del materialismo histórico, se refirió a Walter Benjamin sobre el concepto de ‘inervación’, que dice que «las infraestructuras configuran nuestra identidad» y así lo relacionó con que todos los alumnos tienen ordenadores en el aula, con un supuesto concepto neutro de la innovación o de la tecnología en las aulas. «No, no es neutro todo esto -puntualizó-. Conforma la identidad de todos los sujetos participando de esta sociedad«. La profesora se hizo también eco del cansancio que acompaña a la profesión docente en estos tiempos. «Estamos agotados, pero es que toda la sociedad está agotada«, destacó. Una fórmula de trabajo que ha anulado el valor del propio trabajo. Y entrando en el colectivo docente, recordó que es una profesión que acumula casi todas las disciplinas pero que, sin embargo, apenas tiene traslación en el conocimiento compartido. ¿Dónde está el conocimiento?, cuestionaba. «Todo este valor que aportamos a nuestro trabajo está siendo menospreciado«. Como especialista en María Zambrano, Elizalde rememoraba la Institución Libre de Enseñanza. ¿Qué pasó con esa cantidad de energía y conocimiento? y destacó con ello la pérdida de memoria de nos acompaña. La profesora quiso concluir con la idea de que «existe alternativa«, una opción que pasa por distintos movimientos sociales que buscan la performatividad [capacidad del lenguaje para convertirse en acciones y transformar la realidad o el entorno], así como espacios alternativos para reuniones y vínculos entre docentes.

 

Jacob Guinot: «La educación ya no se interpreta como un derecho social sino como una elección individual»

Jacob Guinot / Fundación Episteme

El doctor en organización de empresas y profesor de la Universidad Jaume I de Valencia Jacob Guinot, comenzó por destacar que las tendencias empresariales han acabado recalando en el ámbito educativo. «Competencias, gestión de la calidad, inteligencia emocional, coaching, mindfulness, trabajo en equipo…, cuestiones todas que comenzaron en las empresas», destacó. Pero también quiso reflexionar sobre «En qué se han convertido hoy el profesor universitario: Gente que nos dedicamos a producir papers [artículos científicos], indexados en revistas de calidad». Y quiso referirse a un tercer aspecto: cómo te evalúa el alumno. «Al final el profesor está plegado a los intereses, a las preferencias o a los gustos que en un determinado momento pueda tener el alumno«, opinó. Por otro lado, Guinot comentó que «cada vez más las universidades están influenciadas por fundaciones bancarias, que son las que conceden cierto tipo de becas». Por todo ello apuntó al vínculo público-privado que se establece en el sector educativo. Se está dando «una intromisión en la universidad pública por parte de empresas privadas, con la consecuencia de cambios en los contenidos y en las metodologías».

Se está dando «una intromisión en la universidad pública por parte de empresas privadas, con la consecuencia de cambios en los contenidos y en las metodologías»

Con relación a la investigación docente, Guinot comentó que en la actualidad «solo puedes hacer proyectos de innovación docente. «Propuse investigar primero si una cosa funcionaba en el aula para poder aplicarla como mejora o como novedad, que hubiese una evidencia, pero me dijeron que no, que no había ni que mencionar las metodologías tradicionales, la instrucción directa», relató. En su opinión, más que proyectos se trata de ‘ocurrencias’ sin base científica que los amparen. Así, refiriéndose a las recomendaciones de Bolonia, hacer «metodologías activas«, señaló que es algo que acaba por cansar al alumno. Guinot coincide con Nuno Crato en que «el alumno pone más atención al escuchar al profesor que cuando está viendo un vídeo», aunque matizó que cada vez más los alumnos presentan menos capacidad de atención. Por otro lado, quiso destacar la competitividad que se da entre las propias universidades, expresadas a través de los rankings, que acaban sometiendo su función en base a los parámetros que más puntúan. «Estamos construyendo una universidad que tiene que adaptarse a la sociedad. Hay que hacer lo que el mercado manda«, una pérdida del sentido del conocimiento universitario. Para concluir, Guinot dijo que «la educación ya no se interpreta como un derecho social sino como una elección individual. Una especie de «sálvese quien pueda»«.

 

Carlos Fernández Liria: «La enseñanza concertada tiene que ser inmediatamente prohibida»

Carlos Fernández Liria / Fundación Episteme

El profesor de Filosofía, ensayista y guionista español Carlos Fernández Liria, se refirió al embrollo educativo existente: «Es todo tan confuso que ni siquiera es posible ya explicar nada porque las palabras ya no significan lo que tienen que significar», introdujo. En su opinión, las facultades de educación son las responsables de ello tras décadas de reflexión infructuosa sobre la enseñanza. «Hay que recordar la esencia de lo que es una escuela y lo que es la enseñanza pública. Y así, recordó cómo la enseñanza pública significaba la columna vertebral de lo que tenía que ser «el proyecto público ilustrado de la modernidad«. El «concepto de ‘público’ en la cúspide de la soberanía social, a salvo del chantaje de los poderes privados», destacó. Así, la escuela entendida como la primera experiencia de ciudadanía que debía tener un ser humano, de «pertenencia al espacio público». Y apelando a los lemas de la Revolución Francesa (Libertad, igualdad, fraternidad) Fernández Liria, explicó cómo en ese espacio público se fueron conquistando derechos de independencia civil. «Eso debería haber arrojado dos brújulas fundamentales en la enseñanza» frente a dos amenazas. En primer lugar, la familia, en su derecho a elegir la formación de sus hijos; y, en consecuencia, a intervenir sobre su visión social. De manera que la escuela pública actuaría como una ventana al mundo, «una suerte de objetividad» frente al posible adoctrinamiento familiar. Y, en segundo lugar, las empresas, que fundamentalmente afectan al ámbito universitario. «El Plan Bolonia no fue más que un intento de poner a la universidad al servicio de la sociedad, de las grandes corporaciones económicas que podían chantajearla y la universidad se convirtiera en una especie de cajero automático para aspirar dinero público».

«Los profesores tienen que ser funcionarios», la única manera para que los profesores no se dejen chantajear por los poderes privados

Como necesidades educativas, Fernández Liria reclamó que «La enseñanza concertada tiene que ser inmediatamente prohibida, y denunció que se encuentra con mucho mayor poder que la pública, citando el caso como ejemplo de la Comunidad de Madrid. Y como segunda necesidad dijo que «Los profesores tienen que ser funcionarios«, la única manera -sostuvo- para que los profesores no se dejen chantajear por los poderes privados. «No está garantizado, pero por lo menos, hay alguna posibilidad. Por el mismo motivo que los jueces son funcionarios», argumentó. De esta forma defendió la posibilidad de una libertad de cátedra blindada al chantaje de los poderes privados.

 

SEGUNDA MESA REDONDA: «Docencia y Sociedad»

Acceso al vídeo de la segunda mesa redonda «Docencia y Sociedad» (3)

 

PRIMERA MESA REDONDA: «Educación y Sociedad»

Acceso al vídeo de la Primera mesa redonda «Educación y Sociedad» (2)

Acceso al reportaje resumen de la Primera mesa redonda (2 texto)

MESA INAUGURAL: Clase magistral de Nuno Crato

Acceder al vídeo de la Mesa Inaugural con Nuno Crato (1)

Acceder al reportaje resumen de la Mesa Inaugural (1 texto)

«Educación y Sociedad» (Primera mesa redonda)

PRIMERA MESA REDONDA DEL ‘II CONGRESO De EXPERTOS DOCENTES‘ (2.ª parte)

Barcelona acogió el pasado sábado 26 el «II Congreso de expertos docentes», organizado por la Fundación Episteme y el Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE), dedicado a «La necesidad social del conocimiento». Celebrado en la Residencia de Investigadores del CSIC, el acto reunió a más de 160 asistentes, en su mayoría profesores, que reclaman más racionalidad, más ciencia y más conocimientos como necesidad académica y social ante las evidentes carencias de los alumnos, reflejadas en los malos resultados obtenidos por nuestros estudiantes y recogidas en los sucesivos informes PISA.

Este segundo encuentro educativo celebrado en Barcelona contó con las ponencias de 16 expertos educativos y la colaboración del Sindicato de Profesores de Secundaria (aspepc·sps), la Asociación de Catedráticos (ACESC), la plataforma valenciana No Als Àmbits y la plataforma catalana No al Currículum, también conocida como Plataforma en Defensa de la Calidad Educativa.

Con el título «Educación y Sociedad», esta primera mesa redonda abordó estas cuestiones bajo las intervenciones de Xavier MassóRicardo MorenoJ. Jorge SánchezEnrique Galindo y Olga García, con la moderación de Josep Oton.

Acceder al video de la Primera Mesa Redonda:

Xavier Massó. Presidente de la Fundación Episteme. Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Licenciado en Antropología Social y Cultural. Catedrático de Enseñanzas Secundarias por la especialidad de Filosofía.

Ricardo Moreno Castillo. Licenciado en Matemáticas y doctor en Filosofía, materia en la cual se doctoró gracias a una tesis sobre historia de las matemáticas. Catedrático de Instituto por la especialidad de Matemáticas y profesor asociado a la UCM, actualmente jubilado.

J. Jorge Sánchez. Licenciado en Filosofía. Doctor en Humanidades. Catedrático de enseñanza secundaria. Miembro del Patronato de la Fundación Episteme.

Enrique Galindo. Licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Enseñanza Secundaria desde 2004. Codirector de la colección de Educación de Ediciones Akal.

Olga García. Licenciada en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid.
Profesora de Enseñanza Secundaria desde 2006. Desde hace once años, ejerce en el IES Julio Verne de Bargas, Toledo. Codirectora de la colección de Educación de Ediciones Akal.

Modera: Josep Oton

Congreso en formato presencial celebrado el sábado, 26 de noviembre de 2022, en la Residencia de Investigadores del CSIC (Barcelona).

Acceso al reportaje resumen

Acceso a la página del congreso

 

APARICIONES EN PRENSA:

CATALUNYA VANGUARDISTA (12/12/2022)

CATALUNYA VANGUARDISTA (30/11/2022)

MAGISTERIO (28/11/2022)

EL PERIÓDICO (27/11/2022)

HOY (26/11/2022)

EL COMERCIO (26/11/2022)

ABC (26/11/2022)

EL DIARIO DE LA EDUCACIÓN (25/11/2022)

EL PERIÓDICO (14/11/2022)

EL CONFIDENCIAL (14/11/2022)

25 TV (12/11/2022)

ÉXITO EDUCATIVO (4/10/2022)

EL MUNDO (30/09/2022)

CATALUNYA VANGUARDISTA (26/09/2022)

«Educación y Sociedad» (Primera mesa redonda)

Primera mesa redonda del II Congreso de expertos docentes moderada por Josep Oton / Fundación Episteme.

PRIMERA MESA REDONDA DEL II CONGRESO DE EXPERTOS DOCENTES (2ª parte)

Barcelona acogió el sábado 26 de noviembre el «II Congreso de expertos docentes», organizado por la Fundación Episteme y el Observatorio Crítico de la Realidad Educativa (OCRE), dedicado a «La necesidad social del conocimiento». Celebrado en la Residencia de Investigadores del CSIC, el acto reunió a más de 160 asistentes, en su mayoría profesores, que reclaman más racionalidad, más ciencia y más conocimientos como necesidad académica y social ante las evidentes carencias de los alumnos, reflejadas en los malos resultados obtenidos por nuestros estudiantes y recogidas en los sucesivos informes PISA.

 

Fundación Episteme

¿Dónde reside la autoridad del docente, en su estadio pre-público, como transmisor de conocimientos en una sociedad sin autoridad ni tradición? ¿Genera la libertad en la educación una brecha de desigualdades entre quienes quieren estudiar y quienes no? «¿No sería necesario dejar de lado tanto mesianismo y limitarnos a proporcionar conocimientos? ¿Todo ha de estar listo para ser consumido, incluyendo la educación, los conocimientos, que también tienen que venir empaquetados? ¿Es la escuela un ámbito que el capital no puede dejar de lado en una sociedad supeditada a lo económico?

Con el título «Educación y Sociedad», esta primera mesa redonda abordó estas cuestiones bajo las intervenciones de Xavier Massó, Ricardo Moreno, J. Jorge Sánchez, Enrique Galindo y Olga García, con la moderación de Josep Oton.

 

Xavier Massó: «La transmisión de conocimientos y la tradición del docente se «suplen» con adoctrinamiento»

Xavier Massó / Fundación Episteme

El presidente de la Fundación Episteme, catedrático de Filosofía y escritor, Xavier Massó, comenzó con una cita de Hannah Arendt, escrita en un ensayo de 1954 titulado La crisis en la educación: «El problema de la educación en el mundo moderno se centra en el hecho de que su propia naturaleza no puede prescindir ni de la autoridad, ni de la tradición». Pero no puede encajar en una sociedad donde ni la autoridad ni la tradición no están asentadas, subrayaba Massó, en alusión a la escritora y teórica política. La sociedad adulta se puede permitir ‘el lujo′ de vivir al margen de esta tradición, pero no así el ámbito pre-público de la educación. Así que, ¿Cómo educar a los jóvenes en esta distorsión? «La educación es para Hannah Arendt -comentaba Massó- un ámbito pre-político. No pertenece ni al ámbito de lo público, ni al ámbito de lo privado». Así, estaríamos en un entorno de preparación para la sociedad adulta. Con ello, y atendiendo a la teoría de Arendt, «sólo con esto se barrería el pragmatismo de Dewey o el constructivismo de Piaget, ambos pedagogos muy influenciados por Rousseau«.

La sociedad adulta se puede permitir ‘el lujo′ de vivir al margen de esta tradición, pero no así el ámbito pre-público de la educación

En base a ello, ¿Qué papel desarrolla entonces el profesor? Massó quiso referirse a la pérdida de autoridad académica y de tradición que el docente lleva sufriendo desde hace tiempo. «La sociedad adulta puede vivir al margen de esta tradición, pero no así la educación -entendida como ese ámbito pre público referido por Arendt-. Su función consiste en enseñar cómo es el mundo, y no cómo vivir en él«. Y partiendo de la crítica rousseauniana «El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad quien lo corrompe», o la opción totalitarista de proyectar la sociedad adulta en el ámbito educativo, sostuvo que «En la desautorización del docente lo que se rechaza es, precisamente, la transmisión de conocimientos y la tradición, que se «suplen» con adoctrinamiento«. Massó utilizó la analogía entre la ley de contratos basura de 1988 –que denunció el escritor Vázquez Montalbán como creadora de futuros bonsáis humanos-, con su correlato educativo en la LOGSE de 1990, dos años después, como propiciadora del modelo social que se persigue.

 

Ricardo Moreno: «La educación consiste en ir dando espacios de libertad y esa condición genera a su vez desigualdad»

Ricardo Moreno Castillo / Fundación Episteme

El matemático, escritor y doctor en Filosofía Ricardo Moreno Castillo, comenzó con dos afirmaciones; por un lado, lo que definió como una obviedad: «Toda posibilidad humana tiene un límite. Y por otro, lo que ya no es tan obvio -matizó-, que el límite y la posibilidad son la misma cosa; si se quita el límite, se quita la posibilidad». Para aclararlo se refirió a la parábola de La Paloma de Kant, así como de otros autores y ejemplos para apuntar que «La desigualdad y la libertad también son límites una de otra«. Para ilustrarlo, se amparó en el avance de la medicina como analogía, puesto que la libertad del paciente genera desigualdad entre quienes hacen caso a los médicos y quienes no. Cuanto más avanza la medicina más brecha se crea entre ambas actitudes. Moreno Castillo quiso llevar esta comparación al ámbito educativo. «La educación consiste en ir dando espacios de libertad -apuntó- y esa condición genera a su vez desigualdad», como resultado del uso entre quienes son inteligentes y la aprovechan y quienes no saben valorarla adecuadamente.

La realidad es que un alumno que a los doce años está haciendo un bachillerato o una FP es porque quiere y ese es el límite que hay que aceptar

«La enseñanza común no puede ser más que hasta los doce años, porque a esa edad un niño es literalmente ingobernable«. Así, Moreno Castillo quiso recordar que en el sistema anterior (LGE), los alumnos de 7.º y 8.º de EGB ya eran difíciles de controlar. «La realidad es que un alumno que a los doce años está haciendo un bachillerato o una FP es porque quiere y ese es el límite que hay que aceptar«, subrayó. Pero, ¿pueden los niños decidir sobre su futuro? Para el profesor, aquellos que no quieren aprender boicotean el ritmo de la clase para todos, poniendo en riesgo la buena marcha de quienes sí quieren hacer un bachillerato riguroso. «Saltarse este límite es cargarse la educación», afirmó. Del mismo modo quiso puntualizar que no depende del ambiente intelectual de los padres sino de la determinación a que los hijos estudien para mejorar. «He visto padres prácticamente analfabetos pero que exigen un esfuerzo a sus hijos en los estudios». Si las diferencias empiezan a aparecer en edad temprana, no solo en función de la procedencia social -superable con el esfuerzo personal si el sistema funciona-, sino también según los intereses de cada cual, sería imprescindible para Moreno Castillo el establecimiento de distintos itinerarios.

 

J. Jorge Sánchez: «¿No sería necesario dejar de lado tanto mesianismo y limitarnos a proporcionar conocimientos?»

J.Jorge Sánchez por vídeo conferencia / Fundación Episteme

J. Jorge Sánchez, profesor de Filosofía y escritor -quien ofreció su ponencia mediante vídeo conferencia-, comenzó llamando la atención sobre la inflación del concepto de educación, a partir de dos mecanismos que dificultan la comprensión de las cosas y sitúan la instrucción pública en un lugar que no le corresponde, con el resultado de que, tanto a partir de la simplificación de la complejidad de lo educativo, como de la inflamación de sus finalidades y expectativas, le adjudican tareas que no le corresponden, además de estar fuera de sus posibilidades. «La asunción de que la extensión de la educación, y más específicamente de la instrucción escolar pública, y su configuración según determinados parámetros pedagógicos, es la principal vía para conseguir una sociedad más igualitaria, o ‘mejor′ en la línea de Paulo Freire (la pedagogía del oprimido) Claudio Naranjo (la educación como proceso terapéutico), parece hoy en día una idea dominante». Como ejemplo de esto destacó algunos aspectos de las pedagogías de estos autores, desde sus perspectivas de entender la educación como una herramienta de redención revolucionaria o emancipadora colectiva. Con ello, se reduce la educación a una única forma: una suerte de terapia colectiva que deberá propiciar las condiciones necesarias para que la educación cambie el mundo.

¿No merecería la pena dejar de someter enseñanza a modelos reduccionistas y entender que, a lo mejor, no puede por sí sola cambiar el mundo?

Hay, por ejemplo -señaló Sánchez- «del orden de 65 millones de citas sobre la máxima que acuñó Nelson Mandela en 2003: «La educación es el arma más poderosa que podemos utilizar para cambiar el mundo»». Y -añadió- que según revelaba una encuesta realizada por Samsung: «el 90% de los docentes considera que su labor contribuye a formar una sociedad mejor». Algo que, en cambio, no es sostenible con datos -según argumentó-, como viene a probarlo el reciente libro de Cristina V. Groeger (2021) ‘The education trap’, sobre la escolarización y la movilidad social en el Boston de entre finales del XIX y las primeras décadas del XX, relacionando economía e instrucción. «Desconcierta pues que, en el siglo XXI, los Estados Unidos presenten uno de los niveles más altos de desigualdad social mientras que es el segundo país con más instituciones de educación superior del mundo y donde casi un 85% de la población mayor de 25 años tiene estudios secundarios». No parece, con estos datos, que la educación sea ni mucho menos el gran nivelador de la desigualdad social. ¿Funciona entonces el ascensor social? El balance final muestra que las ganancias derivadas del auge de la educación formal fueron insuficientes para reducir la desigualdad, destacó Sánchez. Una cosa es, en definitiva, la educación; y otra, la redistribución de renta. La gran pregunta sería entonces, «¿No merecería la pena dejar de someter enseñanza a modelos reduccionistas y entender que, a lo mejor, no puede por sí sola cambiar el mundo?», «¿No sería necesario dejar de lado tanto mesianismo y limitarnos a proporcionar conocimientos?» Si queremos cambiar la sociedad, «hagámoslo en lugares más decisivos», concluyó.

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Enrique Galindo: «Todo ha de estar listo para ser consumido, incluyendo la educación, los conocimientos, que también tienen que venir empaquetados»

Enrique Galindo / Fundación Episteme

El profesor de Filosofía y escritor, Enrique Galindo inició su intervención remontándose a tiempos históricos, fundacionales, y recordando con ello la función que a la educación atribuía la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1793 –la jacobina- y a Condorcet, como impulsor de la instrucción pública republicana. Así, la educación se entiende como la apertura de un espacio común que permite el «progreso de la razón pública», poniendo la instrucción al alcance de todos los ciudadanos. «El objetivo no era hacer admirar a los hombres una legislación ya hecha, que se adapte a la sociedad tal y como está constituida, sino hacerlos capaces de entenderla y de corregirla», recordó el profesor. Galindo quiso también referirse a la posterior Declaración de la ONU o a la misma Constitución española, donde el objeto de la educación sería «el pleno desarrollo de la personalidad humana«. Ciertamente, algún tipo de conexión debe haber entre ambos modelos, y según como se interprete, saldrá una cosa u otra. «La conexión podría establecerse a partir de tres aspectos: el productivo, el personal y el público. La función de la instrucción pública sería entonces proporcionar al individuo aquello que va a necesitar para poder desarrollar estas tres dimensiones», apuntó.

El proceso anterior de transmisión de conocimientos en base a la tradición para acceder a «un espacio común» es visto como un peso muerto, que no se ve como progresista

Pero todo esto ha cambiado, y en nuestra actual modernidad líquida (Bauman), parece que lo que se pide es algo diferente. “En el marco (educativo) anterior –afirmó Galindo-, de lo que se trataba era de igualar en el sentido de que, a pesar de las diferencias individuales, todos podían tener acceso a un espacio común. En la sociedad «líquida» es exactamente lo contrario. Ahora de lo que se trata es de individualizar, particularizar, resaltar la diferencia«. Es lo que bautizó como “la «paideia neoliberal», caracterizada por un «síndrome de impaciencia junto a la mercantilización de absolutamente todos los aspectos de la vida”. Algo que lleva a la idea de consumo; «todo ha de estar listo para ser consumido, incluyendo la educación, los conocimientos, que también tienen que venir empaquetados«. Inevitablemente, el proceso anterior de transmisión de conocimientos en base a la tradición para acceder a «un espacio común» es visto como un peso muerto, que no se ve como progresista. Con ello se está confundiendo el progreso con el atajo. Y emerge un tipo humano adaptado a este entorno, donde la escuela pierde su razón de ser. “La escuela meramente adaptativa pierde el elemento contrafáctico” que la había caracterizado. En otras palabras, “una incapacitación de los alumnos bajo el pretexto de la facilitación de sus tareas”, concluyó.

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Olga García: «Nunca la propaganda había sido tan explícita respecto de las supuestas bonanzas de la nueva reforma»

Olga García / Fundación Episteme

Olga García, profesora también de Filosofía y escritora reiteró que “La función de la escuela, efectivamente, debería consistir en la transmisión de conocimientos y generar ciudadanía crítica, algo que, ciertamente, ha dejado de hacer». Quiso también puntualizar que los defensores de este modelo ilustrado lo hacen amparados en textos y en la lectura de la propia LOMLOE. Así, denunció que “nunca la propaganda había sido tan explícita respecto de las supuestas bonanzas de la nueva reforma”. Una reforma incardinada al economismo y que viene a “definir el perfil de salida, el tipo de mano de obra que se quiere generar desde la escuela”. En definitiva, el modelo que se pretende conseguir no es el de un perfil ciudadano, sino instrumental. «Educativamente nos estamos moviendo en ‘la sociedad del conocimiento′ que no es una sociedad jacobina para formar conciencia crítica de la ciudadanía, sino una estructura devaluadamente organicista, desde el punto de vista aristotélico, que se reajusta según directrices de gobernanzas en función de las demandas de la producción«.

La escuela es un ámbito que el capital no puede dejar de lado en una sociedad supeditada a lo económico, precisamente porque se ha de encargar de que los ‘perfiles de salida′ vean esta situación como «natural»

García quiso referirse también a la sociedad descrita por Bauman para puntualizar que «la modernidad líquida es aquella en la que el individuo y la ciudadanía queda reducida antropológicamente a una dimensión, que es la del emprendedor, la de lo económico«. Y puntualizó que esa individualización claramente económica se produce en “una suerte de proceso de naturalización de un modo de producción particular, como es el capitalismo, que consiste en afirmar que este es el mejor modelo posible, en tanto que reproduce lo que es la sociedad humana como sistema” -dijo- para añadir que este sistema está «sometido a su vez a crisis, incertidumbre, a riesgo, al poder de readaptación al medio». En esto consisten las «teorías sociocráticas», todo un lenguaje importado de la economía, de la física y la ingeniería, trasladado a la ética, a la política y a lo educativo«. Es decir, consentimiento en vez de consenso. La escuela, desde estos parámetros, es un ámbito que el capital no puede dejar de lado en una sociedad supeditada a lo económico, precisamente porque se ha de encargar de que los ‘perfiles de salida′ vean esta situación como «natural», en un sistema que nos han vendido como el único posible y que no se tome en consideración la posibilidad de cambiarlo.

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