La defensa de las Humanidades reúne a más de 600 docentes y expertos de...
Los retos y oportunidades de la inteligencia artificial en la educación o el cultivo de la espiritualidad como herramienta para mejorar la salud mental de los jóvenes fueron algunos de los temas tratados en el I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades, que reunió en CaixaForum Madrid a cientos de docentes y humanistas, entre ellos, Fernando Savater, Andreas Schleicher, Javier Urra y la directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias.
Branding educativo
Quizás los centros escolares tendrían que ser “franquicias”, espacios libres de servilismos extraeducativos. Entonces sería posible recuperar la confianza en los docentes que han acreditado su competencia profesional. Como personas preparadas para enseñar el oficio de aprender son una auténtica marca de calidad. Sí, se tendría que asociar el prestigio a las personas, a los buenos profesionales, y no a artificios lingüísticos que, por más modernos, originales y atractivos que parezcan, pueden ser una artimaña comercial.
Monederos falsos
Julián Marías en su artículo Monederos falsos recordaba que en los billetes del Banco de Francia había una inscripción de advertencia para los delincuentes que decía: “los falsificadores serán condenados a trabajos forzados a perpetuidad”. Lo cual tenía su gracia, el falsificador tenía que dictar su propia sentencia en el billete que falsificaba. ¿A quién no le atrae esa imagen al pensar en nuestros queridos educadores terapéuticos y pedagogos competenciales?
Bullying al patito feo
El sistema escolar fomenta la educación emocional, la competencia ciudadana, personal y social, el trabajo cooperativo, la prevención de la violencia, los valores democráticos… pero tal vez no es suficientemente eficaz para atajar de raíz, sin dilación, situaciones de injusticia que se ensañan con niños y adolescentes castigados por el capricho de sus compañeros. El bullying no es un problema moderno, pero resulta escandaloso que se siga repitiendo en una sociedad moderna.
El calendario: Un ejercicio de poder
Si se cambia el calendario es para demostrar quién manda (o quién pretende mandar), tal como se ha hecho en otros periodos históricos. Es una manera de echar un pulso con el profesorado, simulando contar con la aquiescencia de las familias. Parafraseando a Orwell podríamos decir: “Quién controla el presente (autoafirmando su poder), controla el futuro (determinando los calendarios); quién controla el futuro, controla el pasado (borrando de la memoria lo que había antes)”.
Del tiempo y la felicidad (y III)
La única felicidad posible en la educación, si algo así sucediera, sería la que proporciona el aprendizaje del conocimiento. No existe una felicidad programática. La pasión por los saberes inútiles, el interés por las emociones humanas y la curiosidad intelectual vienen del descubrimiento del mundo, un refugio para distanciarnos de nuestra neurótica personalidad y su frágil e impredecible bienestar.
El «MIR» (in)docente o la liquidación de la Secundaria
Si lo que se quiere es convertir la Secundaria en una Primaria eternizada, entonces el MIR docente es el penúltimo eslabón -los anteriores han sido, entre otros, los Institutos-escuela y la dispersión curricular-, hacia la constitución de un cuerpo único docente, el sueño húmedo de la Administración y de algunos sindicatos, desde los 6 a los 18 años, por abducción del de Secundaria en el de Primaria. Algo que es en sí mismo conceptualmente aberrante.
Del tiempo y la felicidad (II)
Se tiene la vana ilusión de que los alumnos salgan buenos, justos y felices, mejores y más solidarios, y emocionalmente estables, pero en realidad solo pueden salir racionales o irracionales, inteligentes o estúpidos, ignorantes o con conocimientos particularmente útiles para cualquier mente despierta y curiosa. Dicho al modo incorrecto: o uno sale con algo en la cabeza o uno sale hecho un completo gilipollas.
¡Basta ya! Historia de una fotografía
Juntos improvisamos una coreografía. Nos agachábamos para levantarnos de golpe con la fuerza del retorno de la canción. Debo confesar que las rodillas no me permitían estar mucho tiempo encogido y por eso en la foto estoy de pie mientras los compañeros continuaban de cuclillas. Sinceramente, fue un momento épico y no esperaba que un fotógrafo estuviera captando con tanto de acierto un “Bella ciao” que expresa la indignación de los docentes: “¡Basta!”.
Del tiempo y la felicidad (I)
No es de extrañar que si en la sociedad existe un profundo anhelo de felicidad sea la vertiente educativa -sobre la que recae el mito ilustrado de que la educación puede transformar la realidad y conducir a la perfectibilidad de la naturaleza humana- la encargada de instaurar la más dulce y humana de las felicidades.