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«Hay que empezar a pensar en nuestro renacimiento intelectual»

El profesor y escritor, Andreu Navarra

Andreu Navarra: «Propongo un rearme del conocimiento al servicio de la autoprotección intelectual»

 

«En algún momento caerán los simulacros y alguien levantará la voz, reivindicando la seriedad y el sentido constructivo de la educación», invoca el profesor y escritor Andreu Navarra. Sin embargo, se muestra un paso más allá del pesimismo cuando analiza el actual escenario educativo con el que no repara en tildar con adjetivos de trazo grueso y una punzante crítica social frente a la obediencia ciudadana, en lo que califica como grupos ‘manadescos′. Ante esta valoración, pide combate. Combate educativo.

 

Eva Serra

Andreu Navarra (Barcelona, 1981), se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona. Obtuvo el Premio Extraordinario de Licenciatura y disfrutó de una Beca Predoctoral de Formación al Investigador de la Generalitat de Cataluña. Es profesor de Lengua castellana y Literatura de enseñanza secundaria. Ejerce también como profesor de Historia de la Cultura Contemporánea en la Universitat Oberta de Catalunya. Como columnista colabora en varios medios de comunicación y escribe una columna mensual sobre temas educativos en El País.

Como historiador ha escrito diversas obras dedicadas al regeneracionismo y la vida intelectual catalana y española del siglo XX. Entre sus títulos figuran 1914. Aliadófilos y germanófilos en la cultura española (2014), El ateísmo. La aventura de pensar libremente en España (2016), El espejo blanco. Viajeros españoles en Rusia (2016), La escritura y el poder, una completa y matizada biografía de Eugenio d’Ors (2018), La Revolución Imposible, vida y muerte de Andreu Nin (2021) y obras educativas como Devaluación Continua (2019) y Prohibido aprender: Un recorrido por las leyes de educación de la democracia.

 

De todas las leyes educativas, desde la LOGSE, ¿Cuál o cuáles serían los puntos en común? ¿Qué efectos tienen estos sobre las distintas generaciones de estudiantes?

Lo que tienen en común LOGSE, LOE, LOCE, LOMCE y LOMLOE es un diseño populista acompañado de intensas propagandas y campañas de marketing interno que se ha acabado confundiendo con las necesidades pedagógicas. Si uno analiza el preámbulo de la LGE de 1970 y el de la LOMLOE, se parecen asombrosamente. Son leyes publicitarias, destinadas a crear la ficción de un progreso que luego no se verifica. Ambas invocan principios morales generales y se proponen homologar el país y modernizarlo, pero a través de estructuras biensonantes. En otras palabras, hay demasiada charlatanería y demasiada poca atención a los presupuestos: no solo ya cuánto se invierte sino adónde van a parar esos recursos: si sirven para alimentar clientelismos y administraciones disfuncionales, o si por el contrario se destinan a engrasar las dinámicas a pie de aula.

Si uno analiza el preámbulo de la LGE de 1970 y el de la LOMLOE, se parecen asombrosamente. Son leyes publicitarias

Las leyes y los decretos asociados hace demasiado tiempo que se diseñan de cara a la galería, no de cara a la pedagogía. Para comprobarlo no hay más que coger cualquier entrevista hecha a los últimos tres titulares de la cartera de Educación: no hay ni una sola idea original o democratizante, solo tópicos, populismo, autopromoción, como si el brillo del líder se trasladara mágicamente a las actitudes del profesorado y el alumnado. Necesitamos, pues, políticas serias. Análisis racional de nuestros problemas y construcción de soluciones reales, aunque desmientan nuestros prejuicios ideológicos, más allá del eslogan megalómano.

En segundo lugar, todas estas leyes se han basado en mitos y teoremas que se han impuesto de manera acrítica. Ejemplos de mitos: la atención a la diversidad de 1990, que sigue siendo un amargo acertijo para todos los que la han sufrido; las competencias de la LOE y la LOMCE y la LOMLOE, la hiperaula, la codocencia, los ámbitos, cosas que no llegan nunca porque no hay ningún interés real en la mejora. Vivimos en un mundo rico en productos educativos pero pedagógicamente pobre.

En cuanto a los efectos que hayan podido tener, no los sabemos de manera leal y cuantificada. De hecho, éste es el problema: ¿se han monitorizado alguna vez los efectos que han producido las diferentes reformas sobre los resultados de aprendizaje reales? ¿Alguien se preocupa de rendir cuentas de posibles efectos adversos o catástrofes cognitivas provocadas por las leyes? Preguntas que nos conducen a una conclusión inquietante: seguimos legislando partiendo de ideologismos que no se confrontan con la realidad de las aulas. Los resultados son amalgamas de confusión burocrática de la que se desprende la sensación de que llevamos décadas persiguiendo objetivos que no llegan nunca.

Seguimos legislando partiendo de ideologismos que no se confrontan con la realidad de las aulas. Los resultados son amalgamas de confusión burocrática

Más presión burocrática sobre los docentes, más confusionismo y abandono de la juventud por deserción oficial. En otras palabras, necesitamos una política seria y no otra vez una política solo agradable.

Usted afirma que la ideología neoliberal se ha convertido en una religión. ¿Dónde coloca la complicidad de la socialdemocracia en términos educativos?

No lo digo yo, lo dicen también intelectuales de la talla de José Luis Villacañas, por ejemplo, en su libro Neoliberalismo como Teología política (NED Ediciones). La socialdemocracia es culpable de haber renunciado a la socialdemocracia, es decir, de haberse amoldado al extremo centro que parece presidir la política del mal menor europea. No puede ser que gabinetes de izquierda impulsen políticas demasiado parecidas a la tecnocracia franquista de los años 60 y 70. El populismo educativo era un rasgo de esa modernización aparente sobre la que seguía descansando una sociedad dual de vencedores y excluidos. Está llegando un punto en el que impartiremos clases de emprendimiento a alumnos que no hayan comido nada en 24 horas. Frente a esa rutina recortadora y sofisticadamente agradable a la vista, propondría una profundización real en las fracturas de clase que nos convierten en un país inviable, más allá de cataplasmas que no trasladan mejoras reales.

La LOMLOE pretende integrar medidas tales como la igualdad de género, la ciudadanía mundial o las emociones en los contenidos académicos. En su opinión ¿a qué obedecen estos objetivos?

Como escribe Marina Garcés, nuestros principales enemigos son la obviedad y la estupidez. Parece que, para poder aguantarse, la postdemocracia mercado necesite ir actualizando la fábrica global de banalidad y necedad cansina para que solo sean una exigua minoría los capaces de analizar lo que ocurre en política. Además, se recurre a la ya clásica batería binaria de acusaciones de culpabilización contra los docentes. Por ejemplo, con el tema de género: ¿es que los estudios en nuestro país son patriarcales? ¿Por qué no se confía en nuestra clase intelectual y profesoral, que es mayoritariamente feminista desde hace muchos años? Yo mismo hace muchos años que hago estudiar en clase a todas las escritoras que no están en los libros, empezando por Carolina Coronado y terminando con Sara Mesa o Almudena Sánchez. ¿Necesitamos una ley que nos indique que hemos de enseñar derechos humanos y ética básica? Todo esto encubre un mundo oculto de disciplina burocrática y recortes. Se anuncia que se apoyarán esas direcciones, pero se extirpan los contenidos que deberían alimentar el pensamiento crítico. Todo esto ha creado una crisis de léxico descomunal: el lector medio parece no entender ya una noticia o reflexión básica, me escribe una profesora de FP de cocina denunciando que su alumnado no puede comprender una receta de cocina de cinco líneas.

El lector medio parece no entender ya una noticia o reflexión básica, me escribe una profesora de FP de cocina denunciando que su alumnado no puede comprender una receta de cocina de cinco líneas

Para saber hacer, hay que saber. No hay alternativa. La pedagogía competencial extremista es un enorme fraude.

Mientras se fomentan cataplasmas buenistas, catecismos superficiales, se extirpa del sistema el verdadero sentido humanista de la educación, se penalizan la profundidad, la reflexión rigurosa, la construcción futura de verdadero pensamiento creativo y desobediente. Se crea un estándar de ciudadanía de bajo perfil que fracasará estrepitosamente, puesto que generará bolsas de extremismo. Resulta de una ingenuidad acongojante pensar que porque se realizarán actividades relacionadas con la tolerancia mejorará la sociedad: una minoría se burlará de esos contenidos soft y se consolidarán grupos ‘manadescos′ y canteras para los neofascismos violentos contemporáneos. La democracia ha de ser más respetable y debe impulsar auténtico humanismo, auténtico compromiso con el análisis de la realidad cercana, más allá de los cuatro tópicos ortodoxos. Pero ya es tarde para esto, me temo. De momento solo podemos aspirar a restaurar minorías academicistas, exactamente igual que cuando el pensamiento abandonó las universidades: como en 1500, como en 1700, o como en la Jena de 1800 o la Cataluña de 1900. Hay que empezar a pensar en nuestro renacimiento intelectual. 

Habla de una sociedad crédula e irracionalista que acepta y asume prebendas casi sin rechistar. Como profesor de Historia de la cultura contemporánea ¿cree que en etapas anteriores no se hubiera permitido el actual modelo educativo?

No lo creo. No hay que ser nostálgico ni futurista. Venimos del horror y la estolidez franquistas. Me interesa del período 1975-82 la manera en la que colectivos de familias y docentes superaron las esclerosis franquistas para pensar e implementar auténticos modelos alternativos. Pensemos, por ejemplo, que solo en Santa Coloma de Gramanet había 3.500 niños sin escolarizar… ¡en 1979! No hay que idealizar, hay que analizar dónde estamos y qué necesitamos. Desde luego no nos beneficiará el estado de fraude académico en que nos deja instalados la LOMLOE.

Actualmente no estamos acertando en la definición de una alternativa razonable a la gran fiesta de la pseudopedagogía feliz de la banca y la OCDE

Maquillar ya no sirve de nada. Hay que rectificar y neoeducar. Actualmente no estamos acertando en la definición de una alternativa razonable a la gran fiesta de la pseudopedagogía feliz de la banca y la OCDE. Gurús, pedabobos y funcionarios corruptos que no han dado clase en lustros se han aliado para amoldarse a las cómodas propuestas de la dictadura del mercado, que precisa de ciber proletariado y personal muy poco cualificado. Se están privatizando los contenidos académicos, para que se tenga que pagar un precio privativo para un tercio de la población.

¿Dónde sitúa el papel del docente en este panorama?

En la extinción. La reconversión a mero animador o sostenedor de aplicaciones y juegos, o coordinador de fraudes como los ámbitos, es la puerta que conduce a la sustitución del docente por el monitor mucho más barato y dócil. En realidad el verdadero nombre de la innovación educativa es extirpación, como lo demuestra el hecho de que todos los decretos “suprimen” algo: evaluaciones, asignaturas, personal especializado, en un sentido falsamente transversal e inclusivo, en un sentido recortador y desregulador. No sabemos construir nada, solo sabemos suprimir. Ya resulta imposible disimularlo. Vivimos un proceso de thatcherismo sonriente.

¿Considera que los currículos deben adaptarse al ‘nuevo modelo social′ o permanecer intactos? ¿Dónde reside el equilibrio entre sociedad digital y rigor académico?

¿Cuál es el nuevo modelo social? El país sigue pareciéndose, en su estructura social dual, peligrosamente a 1960. Hemos perdido industria, los derechos retroceden, se regala un pequeño apocalipsis mediático a nuestra juventud cada mañana. Y a propósito del “nuevo modelo social”, como han demostrado Marta Peirano y José María Lasalle, nos encontramos ante un proceso de consolidación del ciberestado, donde la norma la dictan el silencio administrativo, y la vigilancia digital y el capitalismo cognitivo y de plataformas. Lo que a mí me sorprende es que dirigentes que se llaman republicanos o socialistas no vean esto, consientan en implementar políticas de derecha pura. Estamos comerciando con la atención del alumnado. Es inmoral. El nuevo modelo social impuesto también es inmoral. Hay que combatirlo, combatirlo con una educación reflexiva y no solo banal, precaria y festiva. Propongo un rearme del conocimiento al servicio de la autoprotección intelectual.

Como profesor de Lengua y Literatura ¿cómo perciben sus alumnos la importancia de los textos? ¿Es realmente preocupante la falta de comprensión lectora? ¿Qué consecuencias piensa que puede tener?

El alumnado percibe estos problemas con más claridad que los adultos. De hecho, lo que hace la gerontocracia actual es trasladar sus ansiedades, desorientaciones, mal gusto estético e inseguridades a la juventud.

Avanzamos hacia una nueva sociedad oral y nuestras leyes, en lugar de tomar medidas correctoras, se aprovecha de la situación y fomenta el pensamiento visceral y facilista

La comprensión lectora es un saber troncal, la madre de los demás saberes. Muchos problemas de matemáticas son consecuencia de no saber leer ni entender enunciados. Avanzamos hacia una nueva sociedad oral y nuestras leyes, en lugar de tomar medidas correctoras, se aprovechan de la situación y fomentan el pensamiento visceral y facilista. Lo pagaremos caro. La LOMLOE dice explícitamente que se intentarán paliar los problemas de comprensión lectora con recursos digitales, que son útiles para otras cosas. Esto es un contrasentido, un absurdo garrafal. Por desgracia hemos normalizado la obediencia a decretos grotescos desde hace décadas.

Usted es muy activo en redes sociales. ¿Cree que los mensajes educativos calan con efectividad en las redes?

Sé que mis exalumnos me siguen en redes, por eso en parte cada día recomiendo libros y charlas. No pongo nada personal ni aparezco bailando o comiendo patatas fritas. Bueno, a veces sí. Pero tienen mucho más poder los mensajes deseducativos. De hecho, ¿qué podemos esperar si nuestras instituciones mienten, intoxican, confunden, ocultan recortes y vergüenzas y acusan descaradamente, sin ningún tipo de rigor u objetividad? Hemos llegado a ver a una ministra criticando el “enciclopedismo”, como si el saber fuera un problema o una peste. Esto ha pasado, y no ha sucedido nada reseñable.

Hemos llegado a ver a una ministra criticando el “enciclopedismo”, como si el saber fuera un problema o una peste

A través de redes he conocido a docentes maravillosos y a diario compartimos recursos e inquietudes. Lo mejor de escribir sobre educación es la cantidad de personas que comparten sus experiencias contigo. También hay que tener en cuenta que los textos sobre educación son efímeros, por eso últimamente estoy tratando de abordar temas más teóricos y generales: la salida está en la reforma igualitaria de nuestra sociedad, no saldrá de peleas entre profesaurios e innovadores. Yo mismo soy un híbrido de profesaurio e innovador, pero sobre todo me debo a lo que necesita mi alumnado: léxico y lecturas, pensamiento y escritura reflexiva.

¿Cómo calificaría el papel de las nuevas tecnologías en las aulas?

La marca del populismo es la aplicación de medidas de brocha gorda sin distinguir niveles ni edades. La marca de quien vende un producto en lugar de pensar pedagógicamente. El papel de la tecnología es diferente en infantil o en la universidad, en la clase de Tecnología o en la de un idioma. Yo la descartaría hasta que el alumnado supiera leer, escribir y calcular con toda seguridad. En clase la utilizamos para buscar textos y comentarlos, cuentos de ciencia ficción, mitos, materiales de gramática dinámicos. Como profesor de universidad la experiencia con proyectos a distancia es muy enriquecedora, me dedico a monitorizar investigaciones incipientes y los resultados a menudo me deslumbran. Lo que no puede ser es abandonarse a los tópicos fáciles. Por ejemplo, contrariamente a lo que se suele pensar, pronto llegué a la conclusión de que el trabajo a distancia y online requiere mucha más disciplina y orden que la clase presencial, más distendida, agradable y participativa.

¿Existe margen de optimismo para pensar que la crítica por la calidad de la educación logrará mejorarla?

No lo creo. Pienso que está en liquidación y en manos de aprovechados. Se está privatizando el conocimiento, y esto ocurre porque se están cerrando las clases sociales en todos los países de nuestro entorno. Esto empezará a parecerse a Estados Unidos, hemos abandonado a su suerte a un tercio de nuestra población, pensamos que con algunos productos innovadores nos ganaremos el derecho a la buena conciencia, pero la desigualdad creciente y la miseria desmienten esta actitud autocomplaciente y conformista.

En algún momento caerán los simulacros y alguien levantará la voz, reivindicando la seriedad y el sentido constructivo de la educación

Soy optimista en el sentido de que ya casi nadie cree en los fraudes sancionados por esta curiosa fauna de pedabobos, políticos ignaros y economistas ignorantes que repiten los mismos mantras místicos cada mañana, sin ninguna conexión con la realidad o la pedagogía real. En algún momento caerán los simulacros y alguien levantará la voz, reivindicando la seriedad y el sentido constructivo de la educación. Pero estamos en peligro: la banalidad populista al servicio del mercantilismo intrusista han ganado por goleada. ¿Cuánto tardarán en llegar los políticos decentes que apuesten por un país culto e informado? El postureo idiotizante ya no cuela. ¿Llegarán algún día?

Webinar: «El currículum LOMLOE»

El acto telemático tendrá lugar el jueves, 16 de diciembre a las 18:30 horas.

La Fundación Episteme presenta su próximo seminario web: «El currículum LOMLOE», una revisión y debate sobre las principales incorporaciones de la reciente Ley de Educación con relación al desarrollo curricular. El acto telemático tendrá lugar el próximo jueves, 16 de diciembre de 2021 a las 18:30 horas, enmarcado en nuestro ciclo de debates educativos Fòrum Episteme.

 

En esta ocasión, contamos con dos ponentes expertos en políticas educativas como D. Juan López Martínez, Inspector Central de Educación del Ministerio de Educación y Formación Profesional y D. Francisco López Rupérez, director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela.

Los asistentes inscritos puede formular sus preguntas o comentarios en directo durante el tercer bloque del acto.

Puede reservar su inscripción AQUÍ o clicando directamente sobre las imágenes:

Innovadoramente tradicionales

No todos los experimentos dan buenos resultados / Pixabay

Estamos tan acostumbrados a atribuir a la educación la capacidad para transformar la sociedad que pretendemos decidir las características del futuro a partir de la intervención en la escuela. Podríamos discutir mucho sobre esto: sobre si es factible, viable o legítimo. Sin embargo, en nombre del futuro, introducimos el presente en las aulas pensando que estamos mejorando el sistema cuando, de hecho, quizás tan solo lo estamos maquillando.

 

Josep Oton

A menudo asociamos la calidad de la enseñanza a palabras como “nuevo” o “nueva”, como si se tratara de un teléfono móvil. Estar en posesión de determinado dispositivo parece un valor en sí mismo. Nos sentimos obligados a adquirir el último modelo para no quedarnos atrás. Dice mucho de nuestro “perfil”: quién somos, cómo somos, qué queremos… O esto pensamos. Tal vez lo importante sea para qué lo utilizamos y no qué tipo de teléfono tenemos. Quizás para hacer un mundo más humano nos tendríamos que fijar más en la calidad de nuestras conversaciones que no en la complejidad de las prestaciones del aparato.

En educación nos pasa algo de similar. A veces el cómo es más importante que el qué.  Y, a menudo, la voluntad de ser modernos, avanzados o rompedores se limita a utilizar determinadas técnicas o estrategias didácticas teóricamente más innovadoras.

Y digo “teóricamente”. Con frecuencia la pátina de modernidad oculta obviedades. Por ejemplo, las nuevas metodologías suelen abjurar de los sistemas pretendidamente anticuados como la clase magistral, los deberes o la memorización. En una enseñanza centrada en el alumno, el docente cada vez tiene menos que decir; el trabajo fuera del aula tiende a ser desterrado para favorecer otras actividades más gratificantes; y el aprendizaje memorístico es reemplazado por el desarrollo de las competencias.

Ahora bien, a la hora de la  verdad, cuando los alumnos no aprenden por sí mismos aquello que se les pide, recurren, gratis o pagando, a las  sesiones de tutoriales  disponibles en Internet. Escuchar atentamente a un profesor, a una persona especializada en los contenidos de una especialidad, se considera un trabajo estéril. En cambio, plantarse frente a una pantalla para escuchar un “profesor” virtual es moderno. O peor aún, estamos delegando la responsabilidad de la configuración del arte de pensar en manos de “youtubers” y de “influencers”, simpáticos, chocantes y graciosos. El impacto de sus “pseudoclases magistrales” está amparado por la autoridad de las cifras, el número de visualizaciones, y no por criterios homologables intelectualmente.

Por otro lado, los deberes están casi proscritos en la escuela, en cambio la utilización de la metodología de la “flipped classroom”, la clase invertida, nos muestra la importancia del trabajo fuera del aula,  un trabajo imprescindible para asumir los contenidos correspondientes.

La memorización y la competitividad regresan con los famosos “kahoots”. Este juego, que tantas pasiones despierta y que tanto motiva al alumnado, no deja de ser una nueva versión renovada del “cesta y puntos” tan popular hace unas décadas.

Sin duda, la novedad atrae, pero también genera inquietud. Para unos la innovación educativa puede ser la panacea que resuelva los problemas de la sociedad. Otros se resisten por miedo a adentrarse  en un terreno desconocido o por la prudencia de saber que no todos los experimentos dan buenos resultados.

Es imprescindible incorporar en el aula las herramientas que la tecnología nos proporciona, pero no podemos renunciar a la calidad de una “clase magistral” impartida por un especialista en una materia; ni obviar la necesidad de hacer “deberes”, dado que no basta con “estar” en el aula para aprender, hace falta el esfuerzo personal y en solitario; ni ignorar que memorizar a determinadas edades es fácil, divertido y útil, y si no se hace en ese momento, después será más complicado.

Bienvenidas sean las nuevas tecnologías en el aula, pero que no nos hagan olvidar qué es lo importante y cómo se aprende de verdad. De lo contrario, andaremos tras un espejismo y, con suerte, acabaremos descubriendo el Mediterráneo.

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Josep Oton es catedrático de Historia y secretario de la Fundación Episteme.

Las «5 W» con Enrique Galindo

Informativamente cualquier noticia puede ser fácilmente comprendida a través de la técnica de la escuela periodística norteamericana conocida como las «5W»: Qué (What) ha sucedido; Quién (Who) son sus protagonistas; Dónde (Where) ha sucedido; Cuándo (When) ha sucedido; y Por qué ha sucedido (Why)». Las 5W fueron establecidas por el retórico griego Hermágoras de Temno, de la escuela de Rodas.

 

Enrique Galindo Ferrández, profesor de Filosofía de Enseñanza Secundaria.

Enrique Galindo en Redes Sociales:

 

 

What: ¿Qué ha sucedido con la Educación?

Que la escuela como institución ha dejado de ser el lugar para la trasmisión de conocimientos a las nuevas generaciones y se ha convertido, ya definitivamente, en un apéndice del sistema económico cuya función casi exclusiva es la valorización de capital humano según las necesidades del mercado laboral que se va configurando en la llamada Cuarta Revolución Industrial. Paradójicamente la “sociedad del conocimiento” es la que trae consigo la muerte del conocimiento y de la escuela en su sentido y función más críticos.

Who: ¿Quiénes son sus protagonistas?

Fundamentalmente las instituciones supranacionales como la UNESCO, la OCDE, la OMC, el Banco Mundial o la UE, que marcan las líneas básicas que los gobiernos de los diferentes países acatan y adaptan a sus circunstancias, siempre al servicio de los intereses de las grandes corporaciones (GAFAM, banca, etc.) que son las que están diseñando el futuro.

Where: ¿Dónde ha sucedido?

Está sucediendo en todo el mundo, quizá con la excepción de algunos países orientales que están entendiendo la función estratégica de la escuela de otra manera. Tal vez porque, entre otras cosas, la globalización ha desplazado allí el grueso de la producción material de bienes.

When: ¿Cuándo ha sucedido?

Es un proceso que empezó en los años 70 o incluso finales de los 60, pero que en los 90 alcanzó velocidad de crucero y ahora estamos viviendo los remates finales de una auténtica reconversión industrial de los sistemas educativos.

Why: ¿Por qué ha sucedido?

Porque las elites han decidido ya que, desde el punto de vista económico y con la robotización y digitalización de la producción, el 80% de la población activa del planeta sencillamente sobra y se verá abocada a la precariedad y el subempleo, para lo cual no hacen falta conocimientos, sino “resiliencia”, “motivación” y “espíritu emprendedor” con paletadas de pensamiento positivo. La población “sobrante” tiene que vivir sus miserias como un producto de su falta de actitud y no como un problema estructural. Hay que privatizar los problemas y el descontento social reduciéndolos a problemas psicológicos individuales. Esa va a ser cada vez más la función de las instituciones educativas, al menos las públicas.

 

Más información:

Libros:

Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda.

La Escuela Vaciada

Entrevistas:

Catalunya Vanguardista (2019)

ctxt

Dialnet

Catalunya Vanguardista (2018)

Bibliotecas y evidencia científica para mejorar la comprensión lectora

Pixabay

Adquirir una buena comprensión lectora es la puerta de entrada a muchas otras áreas de conocimiento. Del mismo modo, su deficiencia es una traba para la adquisición cultural y para el correcto desarrollo cognitivo. Los datos de los últimos estudios PISA nos dicen que nuestro país se sitúa 10 y 12 puntos respectivamente por debajo de la media de la OCDE y la Unión Europea en competencia lectora. ¿Cómo pueden ayudar las bibliotecas? ¿Qué dice la ciencia al respecto?

 

«Cómo incentivar la comprensión lectora» fue el tema central del último Fòrum Episteme celebrado por la Fundación Episteme a través de dos visiones diferentes pero complementarias: las bibliotecas y la evidencia científica. El acto contó con la participación de Carme Fenoll, directora del área de Cultura y Comunidad de la Universitat Politècnica de Catalunya y bibliotecaria de profesión y Héctor Ruiz, director de International Science Teaching Foundation, neurobiólogo e investigador en psicología cognitiva de la memoria y el aprendizaje en contextos educativos.

 

Carme Fenoll: «El 42% de las escuelas catalanas no dispone de biblioteca»

Las bibliotecas -recordó Carme Fenoll- nacieron el siglo pasado para romper con el gran analfabetismo que había entonces y actualmente continúan con la voluntad de disminuir la brecha cultural y fomentar más igualdad social. La paradoja asoma cuando vemos la bajada de las bibliotecas escolares, el primer lugar de encuentro entre un niño o niña y un libro. Fenoll quiso subrayar la precariedad en la cual se encuentran las bibliotecas así como el triste dato del 42% de escuelas catalanas que no disponen de ninguna, una situación para Carme Fenoll tan grave como el equivalente a decir que el 42% de las escuelas no tuvieran clases de Matemáticas o Inglés. «Cuando reivindico la figura de las bibliotecas escolares que no tenemos o tenemos medio cerradas o en formato de castigo en muchas escuelas pienso que haría falta un impulso por parte de toda la comunidad educativa«, dijo apelando a la lectura como eje transversal del conocimiento.

Fenoll quiso subrayar la precariedad en la cual se encuentran las bibliotecas así como el triste dato del 42% de escuelas catalanas que no disponen de ninguna

Fenoll presentó por orden alfabético las propuestas de bibliotecas como medio incentivador, comenzando por una imagen en blanco y negro, con una A (de Adaptación) que recordaba las: ««ya antiguas» instalaciones pensadas como templos del saber donde reinaba el silencio y donde bibliotecarias no demasiado sexys, por decirlo simpáticamente, -dijo- nos esperaban». Una profesión muy feminizada, tal y como recordó. Así, comentó que en los últimos veinte años ha habido una auténtica revolución de las bibliotecas públicas en nuestro entorno (40, solo en Barcelona ciudad) con un despliegue de equipamientos muy dotado en todo el territorio y que se acercan a los estándares de la media cualitativa europea. «En estos momentos -añadió- los bibliotecarios son prescriptores culturales, no solo de la lectura -apostilló-, y cualquier niño o niña debería tener uno, al igual que tienen un médico de cabecera».

Paralelamente, presentó propuestas de incentivación y dinamización de las bibliotecas públicas como la EBiblio (eblibio.cat), un servicio de préstamo de libros digitales impulsado en 2017 y que la gran mayoría de ciudadanos todavía desconoce. También destacó el aspecto formativo de la lectura con propuestas diferentes para incentivarla como la gamificación, donde -dijo- «hay ideas brillantes y muy interesantes para acercar el mundo de la lectura desde la vertiente del ocio». Otro aspecto a tener en cuenta es para Fenoll, el espacio humano reflejado en el proyecto, por ejemplo, Human Library una propuesta que nació en bibliotecas nórdicas tras la gran oleada de refugiados que llegaron de Siria hacia los países europeos. «Es por decirlo de una manera conmovedora, -remarcó- un préstamo de personas». Así, durante un rato un participante explica, en un formato café (30 minutos) y dentro de una biblioteca pública, cómo es vivir una experiencia personal adversa o diferente.

Human Library es una propuesta que nació en bibliotecas nórdicas tras la gran oleada de refugiados que llegaron de Siria / Diapositiva presentada durante el webinar por Carme Fenoll.

Bibliotecas como espacios inspiradores, como espacios de justicia, de conexión con los jóvenes, como laboratorios de creación, rompedoras de tópicos, como prescriptoras de novedades y sorpresas, fijando también la mirada en los objetivos de desarrollo sostenible, con unos presupuestos realistas para llevar a cabo el hito cultural de la lectura con contenidos de libros atractivos. Intercambios de cafés sociales encajados en los retos de sociedad plural y de transformación o las biblioWikis de Viquipèdia. Propuestas e ideas para reivindicar una «revolución» para la defensa de estos espacios de lectura como la Biblio(r)Evolució o el Yes, We Can, impulsado por Obama que contrató a 40.000 bibliotecarios para explicar su proyecto de renovación. Bajo todo ello, un llamamiento de conciencia a centros educativos, a los jóvenes y en última instancia a la clase política para apostar por la lectura y las bibliotecas como eje vertebrador del incentivo cultural de los ciudadanos.

Carme Fenoll finalizó su intervención explicando también el proyecto humanístico UPCArts que está impulsando desde la Universitat Politècnica de Catalunya y donde se valora que «la tecnología no puede dejar de lado el mundo de las humanidades. Una mirada artística, creativa y cultural como asignatura transversal», destinada a todos los estudios que reúnen a los 30.000 estudiantes de la UPC.

 

Héctor Ruiz: «Uno de cada tres alumnos presenta deficiencias lectoras»

¿Qué sabemos de la comprensión lectora desde el punto de vista científico? ¿Cómo aprendemos a leer? Un 35% de los alumnos entre los 14 y 15 años no alcanza el nivel que les correspondería en competencia lectora, según presentó Héctor Ruiz con datos de ámbito nacional de los Estados Unidos, que en los resultados de PISA se encuentran solo a dos lugares del ranking por encima nuestro. Es decir, uno de cada tres. Ruiz explicó que el interés por cómo se aprende a leer ha sido el campo que probablemente más atención ha recibido desde la ciencia en temas educativos, debido a la importancia que tiene para la vida de las personas. Pero, ¿qué puede hacer la ciencia al respeto? «Aquellas escuelas que aplican los métodos basados en la investigación científica pueden pasar de este 35% a un 5%«, asegura el neurobiólogo.

«Aquellas escuelas que aplican los métodos basados en la investigación científica pueden pasar de este 35% a un 5%», asegura el neurobiólogo

Pero la investigación científica y la práctica educativa van por caminos diferentes y la carencia de cooperación en este sentido no ayuda precisamente a remontar los malos datos que tenemos. «La memoria de trabajo es un concepto básico para entender cómo leemos. Es aquel espacio mental donde sostenemos la información y la manipulamos». Esta información puede venir del entorno o de la memoria a largo plazo (recuerdos o una especie de conciencia). «Es el espacio donde pensamos, razonamos, imaginamos o sentimos, una vocecita cuando leemos. El problema es que tiene una capacidad muy limitada«. El entorno nos ofrece una cantidad de información infinita, igual que nuestra memoria a largo plazo, pero la memoria de trabajo reduce mucho la capacidad de almacenar información. La Teoría de la Carga Cognitiva nos explica que, precisamente, cuanta más información sostengamos en la memoria de trabajo más incomodidad provocará por sobrecarga. ¿Consecuencias? «El llamado multitasking es un mito -asegura Ruiz-. La atención es al final la que determina qué ocupa nuestra memoria de trabajo, con una excepción: cuando automatizamos; por ejemplo, cuando estamos conduciendo, estas tareas no ocupan espacio en la memoria».

La Teoría de la Carga Cognitiva nos explica que cuanta más información sostengamos en la memoria de trabajo mayor incomodidad provocará por sobrecarga / Diapositiva presentada por Héctor Ruiz durante el acto.

Sobre cómo la ciencia, en concreto, entiende la comprensión lectora Héctor Ruiz recordó que para leer es fundamental que exista la escritura y que esta sea compartida mediante un código, el lenguaje oral convertido en representación gráfica. «Leer consiste en ser capaces de descodificar unos símbolos y por eso es fundamental que haya comprensión lingüística, esto sería el modelo simple de lectura». Ambos factores, descodificación y comprensión lingüística, nos permiten clasificar las diversas situaciones de comprensión lectora que podemos encontrar: lector competente típico, disléxico o compensador, hiperléxico o dificultades mixtas. «La descodificación es clave -subrayó Ruiz-. Si nos cuesta, tenemos una barrera motivacional para la lectura. Pero si además tengo dificultades para descodificar, mi memoria de trabajo estará solo ocupada en este proceso de descodificación, sin espacio para poder pensar sobre el contenido». En este sentido, el neurobiólogo destacó la importancia de descodificar con fluidez, con automatización.

«El nivel de la conciencia fonológica está detrás de buena parte de los problemas de comprensión lectora», afirmó Ruiz

La descodificación fonológica, es decir, convertir las palabras escritas en aquellas que sentimos en nuestra memoria de trabajo, requiere una serie de pasos: conocer el principio alfabético, aplicar conocimientos, letras-sonidos y pronunciar sonidos aislados e integrar sonidos, activar la palabra del lexicón fonológico y activar el significado del lexicón semántico. «Pero, en realidad hay un paso previo que es una de las claves más importantes para entender por qué muchos alumnos se quedan atrás en comprensión lectora: apreciar que el lenguaje está formado por una combinación de sonidos finitos» -destacó-. Esto es lo que se conoce como conciencia fonológica. Se trata de la habilidad de darse cuenta que la lengua oral está formada por una secuencia de sonidos y ser capaces de identificarlos, manipularlos, reemplazarlos.»El nivel de la conciencia fonológica está detrás de buena parte de los problemas de comprensión lectora», afirmó Ruiz.

Hay también otro aspecto a considerar para obtener una buena comprensión lectora, además de la conciencia fonológica, una segunda ruta de descodificación: la descodificación léxica u ortográfica. «Esto nos lleva a lo que conocemos como descodificación de doble ruta -señaló Héctor Ruiz-. Un lector competente está usando las dos rutas a la vez mientras lee (la fonológica y la léxica) y entre ambas podemos llegar rápidamente al significado». Así que primero sería la fonológica y después la léxica, en este orden y esto pasa por lo que se conoce como mapeo ortográfico. Así, la Teoría de la Autoenseñanza nos dice que «una vez la persona ha conseguido una mínima competencia en esta descodificación fonológica es capaz de crear la codificación léxica, ¿cómo?, leyendo» -concluyo Héctor Ruiz-.

Vocabulario, sintaxis y gramática y conocimientos (generales o específicos) son factores relevantes para adquirir una buena comprensión lectora.

 

Sobre los ponentes

Carme Fenoll, directora del área de Cultura y Comunidad de la Universitat Politècnica de Catalunya. Bibliotecaria de profesión, dirigió el Servicio de Bibliotecas de la Generalitat del 2012 al 2017. Está vinculada en el mundo de la cultura y la educación a través de la Fundación Jaume Bofill, Biblioteca Social o Fundació Teatre Liure.

Héctor Ruiz, director de International Science Teaching Foundation. Licenciado en Biología e investigador en psicología cognitiva de la memoria y el aprendizaje en contextos educativos. Asesor de varios gobiernos e instituciones educativas en España, Asia y Latinoamérica. Autor de «¿Cómo aprendemos?» «Conoce tú cerebro para aprender a aprender» y «Aprendiendo a aprender».

Cómo incentivar la comprensión lectora

Pixabay

La comprensión lectora es la capacidad de una persona para entender textos. Se trata de un proceso cognitivo fundamental para interpretar correctamente el significado de las palabras y saberlo relacionar en su contexto. Su deficiencia es uno de los parámetros más relacionados con el fracaso escolar. Nuestro país está por debajo de la media de la OCDE y la UE. Pero, ¿cómo se incentiva?

 

 

Carme Fenoll. Directora del área de Cultura y Comunidad de la Universitat Politècnica de Catalunya. Anteriormente, fue jefe de gabinete del rector de la UPC. Bibliotecaria de profesión, dirigió el Servicio de Bibliotecas de la Generalitat del 2012 al 2017.

Héctor Ruiz. Director de International Science Teaching Foundation. Licenciado en Biología es investigador en psicología cognitiva de la memoria y el aprendizaje en contextos educativos. Asesor de varios gobiernos e instituciones educativas en España, Asia y Latinoamérica. Escritor.

Modera: Eva Serra, directora ejecutiva de la Fundación Episteme.

Fòrum en formato seminario virtual “webinar” celebrado el miércoles 24 de noviembre de 2021.

Acceder al reportaje resumen

 

APARICIONES EN PRENSA:

Catalunya Vanguardista (29/11/2021)

Las «5 W» con Andreu Navarra

Informativamente cualquier noticia puede ser fácilmente comprendida a través de la técnica de la escuela periodística norteamericana conocida como las «5 W»: Qué (What) ha sucedido; Quién (Who) son sus protagonistas; Dónde (Where) ha sucedido; Cuándo (When) ha sucedido; y Por qué ha sucedido (Why)». Las 5W fueron establecidas por el retórico griego Hermágoras de Temno, de la escuela de Rodas.

 

Andreu Navarra, profesor de Lengua castellana y Literatura, profesor de Historia de la Cultura Contemporánea en la UOC.

Andreu Navarra en Redes Sociales:

 

 

What: ¿Qué ha sucedido con la Educación?

Lo expresó meridianamente bien Ricardo Moreno Castillo en una entrevista: se han perdido de vista sus límites. Ante el evidente retroceso social, económico y democrático, el sistema intenta, a la vez, culpar el sistema educativo y, al mismo tiempo, convertirlo en un tipo de panacea universal. La ideología neoliberal se ha convertido en naturaleza inamovible y religión. Los recortes y las ofertas educativas presentadas como productos sin sentido académico han venido detrás de esta concepción ultra reaccionaria de la sociedad, diseñada para generar miedo, extremismos y consumismos acríticos.

Who: ¿Quiénes son sus protagonistas?

Políticos incultos que no tienen la menor idea de lo que sucede dentro de una aula, que actúan como cadenas de transmisión de entidades financieras internacionales y se niegan a evaluar lealmente el estado de la educación. Les ayudan una serie de falsos especialistas que extienden la ideología neoliberal imperante disfrazando este extremismo político de humanitarismo. En este contexto, la mayoría de “proyectos de innovación” hacen el papel de la antigua Beneficencia del siglo XIX, permiten simular que se hace algo mientras la estructura global se va degradando y desregulando para favorecer clientelismos y estructuras devaluadas, cuando no ya corruptas.

Where: ¿Dónde ha sucedido?

En general en todo Occidente, si bien en nuestro país llama la atención el especial desprecio de los valores culturales y científicos que nos recuerdan las peores épocas del siglo XX.

When: ¿Cuándo ha sucedido?

En nuestro país, a partir de 1990, y de una manera aguda cuando se aprobaron la LOE (2006) y la LOMCE (2013).

Why: ¿Por qué ha sucedido?

Porque a nuestro sistema político le faltan auténticas propuestas de izquierda. Porque hemos cambiado de época y la Revolución Digital está empezando a comportar más desigualdad social e inestabilidad política en Occidente. Una parte de la sociedad, atemorizada, se aferra a las posiciones del Extremo Centro y acepta el Estándar Digital como opción única para combatir todo tipo de fantasmas anticulturales. De una cultura ilustrada y democrática hemos pasado a una sociedad del Rendimiento y la autoexplotación, crédula e irracionalista, que necesita valerse de una ciudadanía que no supere nunca las Competencias Básicas de Primaria. Los contenidos académicos se han privatizado, solo podrá acceder quien disponga de suficiente dinero. Y todo esto ha sido aceptado en nombre de la felicidad y del progreso.
También ha sucedido porque los docentes no hemos sabido ver que detrás de una serie de discusiones metodológicas en realidad se escondía una cuestión de fondo profundamente política, que tenía relación con la calidad de nuestra democracia.

 

Más información:

Llibros:

Devaluación continua

Prohibido aprender

Entrevistas:

El Mundo

RTVE

TV3

UOC

El Confidencial

El País

Magisnet

Aula L’H

Educar en una sociedad crédula

Nuestra “moralidad” nos impone denigrar todo lo humanístico, todo lo científico, porque lo que es difícil, lo que es especulativo o teórico o creativo, no es popular.

 

Andreu Navarra  Doctor en Filología Hispánica, profesor y escritor. Docente de secundaria y profesor de Historia de la Cultura Contemporánea en la Universitat Oberta de Catalunya.

 

 

A propósito de la duda, María Zambrano escribió en 1989 que “ha engendrado al pensamiento”, y que es la “manifestación de una fe; la fe en la razón, sin la cual el hombre, en lugar de dudar, se abandonaría a la ambigüedad en que las cosas se le aparecen y se mantendría confinado, como en una cárcel sin salida posible, en la situación de no saber a qué atenerse respecto a lo que le rodea y a lo que le acontece, a la opacidad, a la tiniebla, y viviría así bajo el peso de los decretos desconocidos, y sin remedio abandonado al vaivén de los acontecimientos, como un juguete del tiempo“. Estas palabras forman parte de su libro Notas de un método.

A nuestras autoridades no les interesa ni la duda ni la fe, ni mucho menos la razón. Vivimos en una época de aristas agudas, solideces ideológicas, previsiones infalibles, estadísticas tan infalibles como cocinadas, unanimidades y militancias ruidosas. En otras palabras: vivimos en una sociedad crédula. Leo algunos planes de digitalización educativa y parecen películas distópicas, en las que el ser humano es una disfunción evolutiva que merece ser apartada. A nuestra época le interesan la eficacia, la homogeneización y la Razón Progresiva con mayúsculas, el discurso fuerte y la megalomanía social.

Toda nuestra adhesión queda reservada para el tecnócrata de hierro, o su máscara exterior, sin que hagamos caso de los sabios, sabios como Emilio Lledó, que no deja nunca de apelar a la vigencia de la filosofía, voces como la de Remedios Zafra, que señala los dos únicos caminos capaces de reconstituir nuestra humanidad malherida: la sociabilidad y la solidaridad. Sabios como Joan-Carles Mèlich, que recupera la razón poética de María Zambrano y la reconvierte en la razón desvalida, la razón antidogmática y al servicio de la vida humana y no de las urgencias futuristas.  En lugar de escuchar a las sabias, nos zambullimos en más cables, pantallas, tecnoprofecías y transhumanismo. De siempre se ha sabido que la tecnología era un buen auxiliar pero en ningún caso un vector de mejora moral. Quizás algún día despertemos y nos encontremos con las arcas vacías, pero en posesión de la palabra.

Desgraciadamente, ya vivimos confinados, como en una cárcel, prisión que hemos deseado, sin salida posible, en la situación de no saber a qué atenernos respecto a lo que nos rodea y a lo que nos acontece, en la pura opacidad, en la tiniebla, entre otras cosas porque no sabemos ni siquiera por qué hacemos lo que hacemos, en la inercia, donde pensar o imaginar es un esfuerzo inútil, un acto de resistencia herético y mefítico, y vivimos ya bajo el peso de los decretos desconocidos, sin interés por saber quién dictan nuestra política y con qué fines, por la sencilla razón de que no nos interesa saber quién nos maneja y moldea y para qué,  y sin remedio abandonados al vaivén de los acontecimientos, superados siempre, o no consultados, como si babeáramos delante de un ziggurath, como un juguete del tiempo, o más bien de la prisa, de la urgencia y de la aceleración inducidas porque sí.

Nos podemos sentir seguros cinco minutos, pero el espejismo no dura mucho. Mientras nuestra propia vida se acelera y licua cada día un poco más, el mundo de la cúpula de convicciones se adensa y negrea semana tras semana, suplantando al horizonte abierto de la cultura. La mera autoridad no sustituye la necesidad de pensar. Esto lo sabemos desde el siglo XVII. Vivimos en una época de cirujanos de hierro, perfectamente intercambiables entre sí. El problema es que el cáncer que se proponen sajar somos nosotros mismos. Parece que el próximo curso será el definitivo, el que haya logrado sustituir la educación por el simulacro de adoctrinamiento. Espacio para los debates cordiales, quedará poco, porque la educación real no necesita duplicarse en marcas de hitos digitales, no se puede doblegar a la vigilancia digital estricta. Supongo que de vez en cuando podremos escapar por la puerta pequeña, por la puerta de atrás, hasta el jardín de la escuela, lugar en el que tal vez podamos aprender algo.

Tendremos también que reconocer que el colectivo docente no está libre de culpa. Ya me avisaron de que la lectura de los trabajos filosóficos del joven Nietzsche me aportarían perspectivas interesantes con las que analizar nuestro mundo educativo. En Schopenhauer como educador, por ejemplo, nos damos de bruces con una descripción del sabio pedante y estatalista que encaja a la perfección con la naturaleza de los gurús que han asaltado los medios, las entidades bancarias y los partidos políticos: “Se les suponía siempre bastante ignorantes y, desde luego, dispuestos a recurrir a giros oscuros y escasamente comprensibles para ocultar esta ignorancia. Se demoraban gustosamente en esos lugares brumosos en los que ningún amante de la claridad podía aguantar mucho tiempo. El uno oponía a las ciencias de la naturaleza la objeción de que nadie es capaz de explicar plenamente el devenir más simple, de donde concluía la total irrelevancia de aquélla. Otro decía de la historia: a quien tiene ideas, nada nuevo le enseña”; los gurús actuales lo que afirman es que toda noción de verdad o certeza es “elitista” o “totalitaria”, pero cuánto más desmoralizador que el pensamiento científico son el caos y la desmovilización mental.

Obedecen a una lógica ordenancista que se ha consolidado como una variante autoritaria del burocratismo neoliberal, que ha convertido todos los aspectos de la vida humana (también el ocio, también la investigación; por supuesto, también la sanidad y la enseñanza) en mercancía altamente espectacular y rendible.

Cuando eliminas la realidad compleja y la sustituyes por indicadores interesados, las políticas se vuelven irresponsables. Es decir, nadie se encarga de medir los efectos reales de los decretos y directrices desde 1990, porque hacerlo nos obligaría a buscar responsables de nuestro fracaso colectivo. El resultado es una cultura de la obediencia y la pura autoridad que nos puede recordar a la Prusia de 1874, con idénticos vectores conductistas y deterministas, pero de opereta: “Toda cultura que nos aísle, que nos imponga fines que vayan más allá del dinero y de la adquisición de propiedades, que nos cueste mucho tiempo, pasa a ser así odiada, siendo denigradas estas formas más serias de formación cultural con calificativos como “egoísmo refinado” o “epicureísmo cultural inmoral”. Va de suyo que la moralidad vigente a este respecto enaltece precisamente lo contrario, esto es, una formación rápida, capaz de convertirlo a uno en un ser que gana dinero”. El calificativo actual más frecuente para la cultura es “elitismo”. Nuestra “moralidad” nos impone denigrar todo lo humanístico, todo lo científico, porque lo que es difícil, lo que es especulativo o teórico o creativo, no es popular hoy. Lo popular es el abandono mental a la uniformización canónica: la mentalidad canónica, el cuerpo canónico, la corrección política, la adecuación a las normas, la banalidad, es decir, la ideología reaccionaria como necesidad natural.

Pero no pueden convencer: no es de buenos ciudadanos no saber nada, haber aprendido apenas a leer y escribir y quedarse en esa menesterosidad. Todo lo que es complejidad, lentitud, contemplación, lectura, delicadeza, apetito de reforma, sofisticación mental, es acusado de atentar contra la equidad del alumnado. Alumnado que ha de ser nivelado por abajo en la pura nulidad. Porque un ciudadano crítico no será nunca un completo cliente, porque un ciudadano informado no se conformará fácilmente con su condición precaria.  Lo que resulta ortodoxo hoy es ser muy “bueno”, muy “positivo” y muy alejado de cualquier heterodoxia cultural o ideológica. Sonreír contra la misma evidencia de la desigualdad, mostrándose totalmente indiferente con la suerte de las clases subalternas, clasificadas como mano de obra de tercera categoría, o directamente semiesclava. Por ejemplo, leer a los clásicos es “elitismo”, y no digamos ya entenderlos o aprender a pensar qué son la vida, o el amor, o el lenguaje. Eso ya nos lo dicta Internet según nuestros filtros de comportamiento y corrección.

Lo más deseable es que nadie sepa nada. La pedagogía por competencias, es decir, enseñar lo que uno ha de saber hacer en lugar de enseñar saber, no ha sido efectiva en ningún país que la haya adoptado. Es una antipedagogía porque no está pensada para aprender, sino para desconcentrar y producir ciberproletariado en masa, es decir, personas dependientes para siempre y ultraconsumistas, que cumplan con un comportamiento previsible, mensurable y controlado de antemano. Puro estímulo de la menesterosidad. El mundo ha cambiado desde que escribía Nietzsche, en 1874: ya no se trata tanto de que el alumnado gane dinero rápidamente, sino de que se lo gaste incluso antes de tenerlo. En ese sentido hemos perdido incluso terreno.

Con la excusa de un humanitarismo poético y casi evangélico, se recomiendan hoy los extremos más humillantes para el alumnado y el profesorado. Los datos, en este sentido, son abrumadores en países como Francia o Finlandia. Allí donde se realiza la transición competencial, el sistema educativo entra en decadencia y deserta de su sentido fundamental, a pesar y por encima de los docentes. Sería propio de una sociedad ilustrada corregir el rumbo equivocado y enderezar un ámbito que no puede seguir fallando adrede. Otra cosa es que este espíritu abierto y explorativo halle aliados y partidarios, porque siempre resulta más sencillo sumarse a la moda y obedecer, sin más, porque aporta dividendos. Y muchos likes y seguidores de YouTube.

Webinar: Cómo se incentiva la compresión lectora

Miércoles, 24 de noviembre a las 18:30 horas

La comprensión lectora es la capacidad de una persona para entender textos. Se trata de un proceso cognitivo fundamental para interpretar correctamente el significado de las palabras y saberlo relacionar en su contexto. Su deficiencia es uno de los parámetros más relacionados con el fracaso escolar. Nuestro país está por debajo de la media de la OCDE y la UE. Pero, ¿cómo se incentiva?

 

El nuevo seminario telemático de Fòrum Episteme estará dedicado a «Cómo incentivar la comprensión lectora». Con la participación de Carme Fenoll, directora del área de Cultura y Comunidad de la Universitat Politècnica de Catalunya y Héctor Ruiz, director de International Science Teaching Foundation.

Será el próximo miércoles 24 de noviembre a las 18:30 horas.

Puedes inscribirte gratuitamente, AQUÍ (Acto en catalán)

 

 

¡Te esperamos!

Fundación Episteme

Las «5 W» con J. Jorge Sánchez

Informativamente cualquier noticia puede ser fácilmente comprendida a través de la técnica de la escuela periodística norteamericana conocida como las «5 W»: Qué (What) ha sucedido; Quién (Who) son sus protagonistas; Dónde (Where) ha sucedido; Cuándo (When) ha sucedido; y Por qué ha sucedido (Why)». Las 5W fueron establecidas por el retórico griego Hermágoras de Temno, de la escuela de Rodas.

 

J. Jorge Sánchez, catedrático de enseñanza secundaria.

J. Jorge Sánchez en Redes Sociales:

 

 

What: ¿Qué ha sucedido con la Educación?

Más que qué ha sucedido diría que qué está sucediendo: se está transformando, cambiando sus objetivos, fundamentos y procedimientos y, en el curso de esta metamorfosis acelerada e irreflexiva, se están dejando de lado apresuradamente algunos de los presupuestos y acuerdos que habían gobernado la transmisión de conocimientos y normas en nuestras culturas desde hace siglos, lo cual provoca una notable tensión entre la desazón de los que quieren conservar y el entusiasmo de los que quieren modificar.

Who: ¿Quiénes son sus protagonistas?

La respuesta más fácil, sin matices, sería la sociedad en general. Afinando más está claro que no todos tienen similar grado de responsabilidad: actores y poderes económicos y políticos parece que son los promotores fundamentales de este cambio, pero centrarlo en ellos desatendiendo las dinámicas propias de cualquier modo de producción y organización social es un poco ingenuo. Padres, docentes, ideólogos, productores culturales, consumidores de los productos educativos o periodistas tienen también un papel nada desdeñable en este proceso: no son meros sujetos pasivos que se encuentran con una nueva situación en cuya emergencia no han tenido nada que ver.

Where: ¿Dónde ha sucedido?

Fundamentalmente en la Unión Europea, pero ya había sucedido mucho tiempo atrás en USA.

When: ¿Cuándo ha sucedido?

Por buscar una fecha simbólica, diría que se puede condensar en 1997 cuando la OCDE puso en marcha PISA y el proyecto de Definición y Selección de Competencias (DeSeCo).

Why: ¿Por qué ha sucedido?

Simplificando: porque el capitalismo globalizado ha entrado en una revolución tecnológica de magnitudes incalculables a consecuencia de la cual debe adaptar las estructuras de conservación y reproducción que había sostenido a los nuevos contextos que van surgiendo. ¿El objetivo? Intentar controlar en la medida de lo posible la evolución de los distintos escenarios que se van abriendo.

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